Una gestión demasiado interesada

El próximo 10 de junio termina el plazo que tiene la Comunidad de Madrid para denunciar el contrato de cogestión de Las Ventas con Toros Madrid, SA, cuyo consejero delegado es Manuel Chopera. Si esta denuncia no se produce, se prorrogará por un año más, sin necesidad de ningún trámite. La fórmula de gestión interesada del coso ha resultado ser muy rentable para Chopera, en virtud de un pliego de condiciones demasiado coincidente con sus particulares intereses.El arrendamiento de Las Ventas fue adjudicado en 1982, mediante concurso, a Madrid Toros, SA, a cuyo frente se encontraba Chopera. Tres ...

El próximo 10 de junio termina el plazo que tiene la Comunidad de Madrid para denunciar el contrato de cogestión de Las Ventas con Toros Madrid, SA, cuyo consejero delegado es Manuel Chopera. Si esta denuncia no se produce, se prorrogará por un año más, sin necesidad de ningún trámite. La fórmula de gestión interesada del coso ha resultado ser muy rentable para Chopera, en virtud de un pliego de condiciones demasiado coincidente con sus particulares intereses.El arrendamiento de Las Ventas fue adjudicado en 1982, mediante concurso, a Madrid Toros, SA, a cuyo frente se encontraba Chopera. Tres años después volvió a salir la plaza a concurso, y se adjudicó de nuevo a Chopera -con otra sociedad, Toros Madrid-, en circunstancias muy polémicas. Su oferta fue la peor entre las tres que se presentaron; el pliego de condiciones posibilitaba el empobrecimiento de la temporada madrileña y establecía una llamada gestión interesada de extraña concepción: la Comunidad, pese a su condición de ente público y de propietaria de la plaza, renunciaba expresamente a intervenir en la gestión y, sin embargo, compartía pérdidas y ganacias con Chopera.

A muchos aficionados y políticos, esta fórmula les pareció perjudicial para la Comunidad, y escandaloso que se adjudicara el concurso al peor postor. Los diputados Lorenzo Hernández y Juan Antonio Gómez-Angulo intentaron impedirlo, sin éxito pese a sus valientes interpelaciones, pues la mayoría del PSOE aprobó en la Asamblea de Madrid tanto la fórmula de gestión como el resultado del concurso.

El posterior relevo en la Consejería de Cultura de la Comunidad -responsable de la plaza de toros-, ¿on el nombramiento de Ramón Espinar, y más tarde el de Gómez-Angulo como Director del Centro de Asuntos Taurinos, hizo presumir un cambio radical en la política taurina del ente, que desembocaría en la convocatoria de un nuevo concurso, en base a un pliego de condiciones que armonizara los intereses de la Comunidad con la mejora de la fiesta de toros en Madrid. Sorprendentemente no fue así y se le concedió a Chopera prórroga, con algunas modificaciones del contrato.

Gómez-Angulo manifestóayer a este periódico que desconocía si habrá nueva prórroga, aunque anuncié la convocatoria para el próximo día 2 del consejo de asuntos taurinos, que elaborará al respecto un informe no vinculante y lo elevará al Consejero de Cultura, a quien corresponde la decisión.

Durante la gestión interesada de Chopera -que ha coincidido con el auge de la fiesta en toda España- han aumentado en muchos miles los abonados a la Feria de San Isidro, mientras ha disminuido la calidad de la temporada madrileña y se ha producido un escandaloso incrementode la reventa de localidades. Chopera ha demostrado su profesionalidad, pero también ha aprovechado en su beneficio las facilidades de un pliego de condiciones hecho a su medida y el poder que da ser empresario de la primera plaza del mundo.

Finalizada la prórroga del contrato, es el momento de emprender una nueva etapa, en concordancia los intereses de la Comunidad y de la afición madrileña, y dar oportunidad de que pueda regir Las Ventas alguno de los muchos empresarios capacitados que hay en España, entre ellos el propio Chopera, naturalmente.