La española 'El niño de la Luna' inicia la competición

España, con El niño de la Luna, filme escrito y dirigido por Agustí Villalonga, y Francia, con Demasiado bella para ti, escrita y dirigida por Bertrand Blier, abrieron ayer el desfile de las 30 películas seleccionadas, 22 de ellas en concurso y ocho fuera de competición, para la sección oficial de esta edición del Festival de Cannes. Esta edición se presume variada y sobre el papel muy interesante, ya que en ella el cine y los cineastas vuelven a ser dueños de un espacio cultural que durante más de una década estuvo invadido, en frase de un comentarista radiofónico, por el periodismo rosa y la...

España, con El niño de la Luna, filme escrito y dirigido por Agustí Villalonga, y Francia, con Demasiado bella para ti, escrita y dirigida por Bertrand Blier, abrieron ayer el desfile de las 30 películas seleccionadas, 22 de ellas en concurso y ocho fuera de competición, para la sección oficial de esta edición del Festival de Cannes. Esta edición se presume variada y sobre el papel muy interesante, ya que en ella el cine y los cineastas vuelven a ser dueños de un espacio cultural que durante más de una década estuvo invadido, en frase de un comentarista radiofónico, por el periodismo rosa y la silicona.

Ninguna de las dos películas de esta primera jornada competitiva entusiamó. Ambos fueron recibidas con respeto y aplausos no unánimes, pero ni una ni otra dieron la impresión de crear acontecimiento, ese clima contradictorio que los grandes filmes producen en un público tan difícil de conmover como el que llena las sesiones dedicadas a los casi 3.000 periodistas procedentes de todo el mundo acreditados en el palacio de La Croisette.Agustí Villaronga habló con ironía e inteligencia en su conferencia de prensa, donde tuvo que refutar con alguna irritación contenida las insistentes tendencias a interpretar El niño de la Luna a través de clisés de tipo religioso. "No hay ninguna relación", dijo entre David, el niño protagonista del filme, y Jesucristo. Tampoco tiene nada que ver con el David bíblico, ni en la película hay relación alguna con el islamismo. Es una obra que se sitúa entre la imaginación y la realidad, pero que se limita a contar la historia de un muchacho que quiere cumplir su destino. Si elegí a Enrique Saldaña es porque es un niño al que los sentimientos se le salen por los ojos".

El director mallorquín insistió en el carácter poético, imaginativo y metafórico, pero no religioso, de su película. Por su parte, el productor Julián Mateos volvió sobre este mismo punto de vista y añadió que "al cine en general, y al español en particular, les faltan hoy vuelos imaginativos". Sehizo evidente que los autores de esta obra insólita luchaban contra una visión protocolaria de su película, discutible, pero que no se parece a ninguna otra.

Mimetismos

En cambio, la película de Blier, Demasiado bella para tí, recuerdaa otras muchas procedentes de mejores tiempos en el cine francés. Expone un triángulo amoroso convencional (marido, mujer, secretaria) mediante modelos narrativos deducidos de obras muy superiores a ella. Más o menos explícitos, allí están los recuerdos de Alain Resnais, JeanLuc Godard, Frangois Truffautt y Luis Buñuel, entre otros. Los juegos de interferencia temporales proceden de Riroshima, mon amour y Muriel de Resnais; los saltos repentinos de la ficción al guiño cómplice son hijos pobres de los que Godard empleó en Pierrot el loco; el clima romántico desmelenado quiere inútilmente recordar al Truffautt de La mujer de al lado; y las rupturas de la solemnidad de los diálogos mediante giros grotescos están tomadas directamente de Buñuel.Briel, al menos en este filme, hace algunos alardes de cultura cinematográfica, que su escaso talento cinematográfico no le permite disimular. El resultado es por ello pedante y artificioso, lo que contagia a tres buenos intérpretes: Gerard Depardieu, que no sabe donde poner pies y manos; Carole Bouqet, que se limita a llorar su desgracia con cofirió; y Josiane Balasko, una buena actriz cómica, aquí atrapada en los recovecos de un laberinto intelectualoide.

Primera jornada tibia, sin debate, en vísperas de un conglomerado de películas que promete diversidad de estilos y muchos altibajos: esas oscilaciones quepermiten salir a flote a alguna obra incatalogable o a un camino para el cine del futuro, que es lo que da sentido a un festival de esta especie.