Gorbachov seguirá con la 'perestroika', pese a la oposición

Mijail Gorbachov continuará su política de perestroika (reestructuración), prescindiendo de la profunda resistencia, descontento e incomprensión que la reforma ha suscitado entre altos funcionarios del partido que, a diferencia de los 110 miembros de las altas instancias enviados a la jubilación el pasado día 25, mantienen sus puestos dirigentes. La publicación ayer de las intervenciones ante el pleno del Comité Central del PCUS revelaba la existencia de varios graves puntos de divergencia entre la política emprendida por Gorbachov y los dirigentes regionales del partido.

Estos puntos i...

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Mijail Gorbachov continuará su política de perestroika (reestructuración), prescindiendo de la profunda resistencia, descontento e incomprensión que la reforma ha suscitado entre altos funcionarios del partido que, a diferencia de los 110 miembros de las altas instancias enviados a la jubilación el pasado día 25, mantienen sus puestos dirigentes. La publicación ayer de las intervenciones ante el pleno del Comité Central del PCUS revelaba la existencia de varios graves puntos de divergencia entre la política emprendida por Gorbachov y los dirigentes regionales del partido.

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Estos puntos incluyen el proceso de liberalización, la desideologización de las relaciones internacionales y la prioridad de los intereses de la humanidad, la forma de entender la democracia y la política informativa, así como el clima interno del partido.

En el discurso de clausura, publicado ayer, Gorbachov trazó un tenebroso cuadro de la situación económica, reveló que las medidas tomadas hasta ahora no han dado resultado y que las cosas van a seguir empeorando en el futuro. En dos ocasiones, Gorbachov polemizó con Vladimir Melnikov, el primer secretario del partido en la república autónoma de Komi (al norte de Rusia), quien fue el orador que formuló de forma más clara y coherente la resistencia al cambio. Melnikov, que no es miembro del Comité Central, llegó a su puesto en 1987 y adquirió cierta notoriedad en la XIX Conferencia del partido por criticar abiertamente a Andrei Gromiko.

"Camaradas, por delante tenemos nuevas elecciones. Hoy… los secretarios de comités municipales y de distrito anuncian que en estas condiciones no van a ir a estas elecciones, porque hay una garantía del cien por cien de que no van a ser elegidos".

"Tiene razón", exclamó una voz desde la sala, según la versión dada por Pravda del pleno. "¿Tiene razón?", inquirió entonces Gorbachov. "¿Así se deduce, pues, que el partido debe abstenerse de tomar parte en la dirección y en las elecciones?", interrogó el líder.

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Candidaturas alternativas

"Hay que buscar el camino para hacer que los secretarios de los comités municipales y de distrito vayan a las elecciones (...) con candidaturas alternativas pero en igualdad de condiciones sin que sean mirados con el prejuicio de que pertenecen al aparato del partido del que ahora sólo se ve la parte negativa", explicó Melnikov. Otros oradores expresaron el deseo de que el nuevo Parlamento soviético tenga unos contingentes asegurados para obreros y se quejaron del elevado número de intelectuales que formarán parte del Congreso. Antes de que éste se reúna por primera vez, el próximo día 25 de mayo, se celebrará un nuevo pleno del Comité Central.

Gorbachov anunció que el Comité Central va a escribir una carta a los trabajadores con el fin de explicar las dificultades de la situación que él no trató de disimular.

"¿Qué tipo de poder es este que no tenemos con qué lavarnos?", dijo, refiriéndose al desabastecimiento de bienes de consumo, R. Bobovikov, primer secretario de la región de Vladimir. Las tensiones entre las instituciones centrales del partido y las organizaciones locales fueron expresadas también por Melnikov, quien se manifestó irritado por la incapacidad de reflejar en las sesiones lo que se discutía en los pasillos del Comité Central. "Así no hace falta reunirse", dijo el funcionario, molesto por la falta de debate sobre el fracaso electoral de más de 30 secretarios del partido. El funcionario acusó al aparato del Comité Central de dar a Gorbachov una imagen suavizada y deformada de la realidad y criticó la falta de resultados de los últimos plenos.

Tampoco faltaron críticas para Vadim Medvedev y Alexandr Yakovlev, acusados de no tomar parte en debates ideológicos pese a encargarse de estas competencias en el Comité Central. Bobovikov citó a Lenin para apoyar su desazón ante los comentarios positivos sobre la perestroika que llegan de medios burgueses y "enemigos ideológicos". Muchos oradores criticaron a los grupos informales y revelaron así el miedo a ser desbancados por los nuevos movimientos de masas. Gorbachov comparó a muchas organizaciones del partido con jefes militares cuyas tropas se van al ataque mientras ellos continúan en las trincheras.

El jefe del partido de Kazajistán, Guenadi Kolbin, expresó posiciones afines a Gorbachov, pero hizo extensiva su concepción de la disciplina interna del partido al Congreso de los Diputados a quienes advirtió que las decisiones deben cumplirse, una vez tomadas, con independencia de que se acepten o no.

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