En España se crían vacas con hormonas prohibidas por la CE y peligrosas para la salud

La Unión de Consumidores de España (UCE) remitió ayer una instrucción a sus 90 organizaciones locales y provinciales asociadas para que investiguen la venta sin control de hormonas y finalizadores para engorde del ganado vacuno, cuyo uso está prohibido. Una normativa de la CE prohíbe la utilización de sustancias anabolizantes para el engorde de ganado, por entender que el consumidor de una carne tratada previamente con hormonas está expuesto a un riesgo para su salud.

La Unión de Consumidores de España ha comprobado, tras varias investigaciones, que laboratorios y distintos establecimie...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Unión de Consumidores de España (UCE) remitió ayer una instrucción a sus 90 organizaciones locales y provinciales asociadas para que investiguen la venta sin control de hormonas y finalizadores para engorde del ganado vacuno, cuyo uso está prohibido. Una normativa de la CE prohíbe la utilización de sustancias anabolizantes para el engorde de ganado, por entender que el consumidor de una carne tratada previamente con hormonas está expuesto a un riesgo para su salud.

La Unión de Consumidores de España ha comprobado, tras varias investigaciones, que laboratorios y distintos establecimientos venden las hormonas de engorde sin etiquetar y sin ningún tipo de control, por lo que van a solicitar de la Administración que la ley de medicamentos obligue a que su comercialización se haga a través de las farmacias, según ha señalado a este periódico el secretario general de la UCE, José Domingo Gómez Castaño.Antes de que la CE prohibiera el uso de cinco anabolizantes (estradiol, progesterona, testosterona, trembolona y zeranon), el Gobierno español desautorizó el uso de productos empleados en el engorde de terneros como los tiurácilos, antitiroides cuya utilización para la alimentación animal, en forma de polvos mezclados con el pienso, produce en la carne una acumulación de líquidos intracelulares, con el consiguiente fraude para el consumidor.

Al dejar de emplearse los tiurácilos se generalizó el uso de hormonas, que favoreció el engorde del ganado. Varios ganaderos consultados han reconocido que resulta muy sencillo conseguir cualquiera de estos productos para engorde artificial, denominado por ellos como la droga, pese a no estar autorizada su venta, incluso afirman que se ha creado un auténtico mercado negro en tomo a las hormonas y finalizadores, ya que su empleo puede hacer ganar al ganadero entre las 15.000 y 18.000 pesetas más por cabeza.

La implantación de hormonas anabolizantes supone un cambio metabólico favoreciendo la producción de proteínas (músculo) en detrimento de la grasa, dando así una carne más magra, que alcanza, incluso, mayor precio en el mercado. Por ejemplo, un choto tratado con hormonas consume unos 100 kilos menos de pienso que otro sin tratar y, en canal, pesa entre 20 y 30 kilos más.

Miembros de la Unión de Consumidores Lancia, de León, se quedaron perplejos al comprobar que pudieron adquirir, aunque sin etiquetar, en varios establecimientos y laboratorios leoneses los productos prohibidos sin ningún control ni requerimiento de receta.

Además, los consumidores leoneses, a quienes acompañaba el periodista José Luis Estrada, del Diario de León, consiguieron guías para sacrificar vacas sin que realmente existiera tal ganado, con lo que llegaron a la conclusión de que en aquella ciudad no existen problemas para engordar el ganado vacuno a base de las hormonas prohibidas por la CE.

Según Gómez Castaño, hay varios los laboratorios con sede en León que fabrican estos preparados y los dispensan en establecimientos donde pueden ser adquiridos libremente.

La sospecha de que casos similares se puedan producir en otras provincias ha provocado la actuación de la UCE para requerir una urgente intervención de las administraciones implicadas en el tema.

En este sentido, La Junta de Castilla y León ha abierto un expediente que ha conducido al decomiso de 16 terneras que habían sido sacrificadas en el matadero Frilesa, de León, por haber sido tratadas para su engorde.Viajes a EE UU

Pese a que la CE desautoriza el uso de hormonas, una empresa europea, la francesa Procida Ibérica, fabrica la trembolona, una hormona del grupo de las xenobióticas (no producidas por seres humanos), que luego comercializa en América. Varios ganaderos han afirmado conocer a personas que se dedican a vender la trembolona ilegalmente en España, que previamente han traído de Estados Unidos a una media de 200.000 o 300.000 pequeñas dosis por viaje.

El senador por Segovia José María Herrero, del Grupo Mixto, presentó ayer una interpelación al Gobierno para preguntar si se llevan a cabo controles antrifraude en carne expedida en establecimientos de minoristas y a qué controles son sometidos los canales recibidos en mercados como el de Madrid, procedentes de mataderos foráneos.

Archivado En