Miguel Ríos: "Soy un resistente "

Miguel Ríos, tras 27 años de carrera musical ininterrumpida, acaba de publicar su último disco a los 44 años. De todos los cantantes españoles que comenzaron con el rock, es el de carrera más extensa y ha vivido momentos de éxito -"no estoy en esto para fracasar", afirma- junto a épocas difíciles. Dolido con la crítica y agradecido al público, afirma que ha grabado su disco más realista y es consciente de que "soy un artista visceral. Cuando pierda este grado de comunicación estaré acabado. Mientras tanto, soy un resistente".

Es el cantante rock de carrera más dilatada que contin...

Miguel Ríos, tras 27 años de carrera musical ininterrumpida, acaba de publicar su último disco a los 44 años. De todos los cantantes españoles que comenzaron con el rock, es el de carrera más extensa y ha vivido momentos de éxito -"no estoy en esto para fracasar", afirma- junto a épocas difíciles. Dolido con la crítica y agradecido al público, afirma que ha grabado su disco más realista y es consciente de que "soy un artista visceral. Cuando pierda este grado de comunicación estaré acabado. Mientras tanto, soy un resistente".

Es el cantante rock de carrera más dilatada que continúa en activo. En 1962 grabó su primer disco: El rey del twist, Mike Ríos. Después cantó rock and roll, se introdujo en ritmos de moda y versiones de éxitos ajenos. En 1969 logró su éxito internacional con el Himno a la alegría, una adaptación del cuarto movimiento de la Novena sinfonía de Beethoven. A sus 44 años acaba de publicar su último disco, titulado simplemente Miguel Ríos. "Soy alguien", afirma, refiriéndose a su extensa carrera, "que ha echado más de media vida en hacer que la música funcione. Al principio, cuando había poca gente que lo hacía, tuve el valor de intentar lo que nadie intentaba. Después he querido dignificar este trabajo y he inventado aventuras como los conciertos de Rock y amor. Junto a muchos otros, soy parte de la historia de este negocio".La carrera musical de Miguel Ríos ha sido una constante persecución del éxito, con desiguales resultados. "No estoy aquí para fracasar", dice, "aunque tampoco creo que sea particularmente ambicioso. Nunca he afirmado que fuera el mejor ni he menospreciado a nadie. Tampoco he pretendido convertirme en abanderado de nada. La gente me pasa factura de una consumición que nunca he bebido y, por esta circunstancia, creo que se me trata con menos cariño. No voy a pedir piedad, pero lo que no puedo admitir en ningún caso es que me acusen de haber utilizado el medio en el que me desarrollo de forma fraudulenta".

Miguel Ríos se defiende así de las acusaciones de egolatría y parece mostrarse dolido con la crítica: "Aunque no me siento perseguido, pienso que no hay crítica musical de mis discos sino crítica de actitudes, y lo que está claro es que la gente se me acerca por las calle y me da las gracias. Nosotros nos estamos jugando la vida, estamos hablando de nuestra propia existencia a través de canciones con las que hemos convivido día y noche con la ilusión puesta en ellas. Pero quizá a los críticos no les pagan por ser buenos sino por ser cítricos. Hay dos ejercicios para mantener el equilibrio: cuando te pegan palos, no suicidarte, y cuando te ensalzan, no creértelo".

Respecto a su último disco -"Mucho más realista que los anteriores"-, Miguel Ríos afirma que "mi comedura de coco fundamental ha sido saber qué disco quería hacer, no lo que deseaban oír los demás, intentando ser cuidadoso en los textos. Cuando eres alguien te exigen un comportamiento que no es natural, porque a los 44 años no se me puede pedir la misma energía que a los 16, aunque pienso que ahora ofrezco más calidad. No puedes ser la misma persona antes y después del reconocimiento. Soy un artista visceral y sé que cuando pierda este grado de comunicación estaré acabado. Mientras tanto, soy un resistente".