Crítica:CLÁSICA

El pensamiento bachiano

Como final de su primer ciclo de conciertos, la orquesta y coro nacionales han ofrecido en el Auditorio Nacional una gran partitura adecuada a las festividades de estos días: la Pasión según san Juan, de Bach. Entre nosotros, como en otros medios no luteranos, las pasiones pierden su habitualidad litúrgica para convertirse en acontecimientos artísticos. Se evapora así cierta dosis de emoción propia de unos pentagramas movidos por la fe, incluso cuando se trata de interpretaciones egregias. Por el contrario, tengo la experiencia de pasiones escuchadas en iglesias de barrio ...

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Como final de su primer ciclo de conciertos, la orquesta y coro nacionales han ofrecido en el Auditorio Nacional una gran partitura adecuada a las festividades de estos días: la Pasión según san Juan, de Bach. Entre nosotros, como en otros medios no luteranos, las pasiones pierden su habitualidad litúrgica para convertirse en acontecimientos artísticos. Se evapora así cierta dosis de emoción propia de unos pentagramas movidos por la fe, incluso cuando se trata de interpretaciones egregias. Por el contrario, tengo la experiencia de pasiones escuchadas en iglesias de barrio en Alemania e interpretadas por músicos no profesionales que me produjeron una mayor intensidad emocional. Conviene no olvidar que Juan Sebastián pensó toda su amplia creación sagrada para uso inmediato en los servicios religiosos. Quizá de tales razones proceda la cierta extrañeza con que solemos recibir aquí las versiones naturales de las pasiones de san Juan o de san Mateo.Johannes Moesus es un joven maestro alemán occidental (Northin, 1955), teólogo por la universidad de Göttingen y especializado en música sacra en la Escuela Superior de Música de Hannover. Director coral, después de su trabajo junto a Rilling en Estados Unidos, Moesus se abre un puesto significativo, a partir de los años ochenta, como conductor del gran repertorio religioso: Bach, Haydn, Schubert o Bramhs. No hay en sus versiones el menor énfasis de glorificación característico de la Iglesia romana y lo demostró ahora ante un público que, curiosamente, no llenó el auditorio, con su lectura bien organizada, clara, atenta a los contrastes entre lo narrativo, lo dramático, lo coral, y lo madrigalesco; además, el maestro construye con perfección las formas, tan equilibradas en todos los sentidos, y deja justa libertad expresiva a los recitativos, quizá la mejor consecución de la Pasión según san Juan, menos trágica y más lírica que la gran cima de la Pasión según san Mateo.

La 'Pasión según san Juan', de Bach

Orquesta y coro nacionales. Director: Johannes Moesus. Director del coro: Alberto Blancafort. Solistas vocales: L. Russell, U. Kuntz, A. Rolfe-Johnson, S. Weir, D. Lawrence y L. Álvarez. La Pasión según san Juan, de Juan Sebastián Bach. Auditorio Nacional. Madrid, 17, 18 y 19 de marzo.

Bien es cierto que el mejor solista de cuantos intervinieron fue, precisamente, el Evangelista, Anthony Rolfe-Johnson, seguido inmediatamente por la bien conocida soprano Lynda Russell. Dio tonos de grave belleza a la parte de Cristo el bajo Douglas Lawrence, en tanto las arias de tenor (Scott Weir), mezzo (Ursula Kuntz, de bellísimo color vocal), de la citada Russell y del bajo español Luis Álvarez alcanzaron el nivel deseado de claridad y comunicación. Excelentes el coro, tanto en los corales como en los trozos de distinta forma, los instrumentistas antiguos, el cembalista Corostola y el organista Tallante, en unión del grupo de la ONE, convenientemente reducido a las necesidades del pensamiento bachiano.

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