Crítica:

Una gran violonchelista fuera de serie

Orquesta y coros Nacionales Director del coro: Alberto Blancafort. Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo. Director: César Sánchez. Solistas: K. Georgian, P. Pérez Iñigo, M Aragón, A. Molnar, E. Baquerizo. Director: Carlos Kalmar. Obras de Elgar y Kodály. Auditorio Nacional.

Días 3, 4 y 5 de marzo.

El programa Elgar-Kodály, nuevo en el repertorio de la ONE, que ha dirigido esta semana el uruguayo Carlos Kalmar (Montevideo, 1958), actual titular de la Sinfónica de Hamburgo, retrajo a una parte de los asiduos a los conciertos del Auditorio Nacional. Quienes no fueron al ...

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Orquesta y coros Nacionales Director del coro: Alberto Blancafort. Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo. Director: César Sánchez. Solistas: K. Georgian, P. Pérez Iñigo, M Aragón, A. Molnar, E. Baquerizo. Director: Carlos Kalmar. Obras de Elgar y Kodály. Auditorio Nacional.

Días 3, 4 y 5 de marzo.

El programa Elgar-Kodály, nuevo en el repertorio de la ONE, que ha dirigido esta semana el uruguayo Carlos Kalmar (Montevideo, 1958), actual titular de la Sinfónica de Hamburgo, retrajo a una parte de los asiduos a los conciertos del Auditorio Nacional. Quienes no fueron al Auditorio de Príncipe de Vergara se han perdido, cuando menos, una gran cosa: la soberbia actuación de la violonchelista soviética Karina Georgian, actualmente con residencia en Alemania y sucesora en la escuela superior de Detmold, del gran André Navarra. Muchos habrían preferido escuchar al premio Chaikovski 1986 en otro concierto, pues el de Elgar, a pesar del entusiasmo que por él y otros autores británicos sentía Casals, nunca llegó a ingresar en el cuadro favorito de nuestro público. Esto, a pesar de un primer tiempo lírico, melancólico y hasta un poco sombrío, de belleza cierta en su romanticismo rezagado. Pero la Georgian tocó de tan espléndida y creativa manera, con un dominio inusitado de la técnica, una potencia expresiva apoyada en un excelente ligado y en una calidad sonora de tan irresistible impacto que enalteció en grado extremo los pentagramas interpretados.

Vitalidad

Carlos Kalmar es un maestro de gran vitalidad ante cuyas versiones nadie queda indiferente. Tras una magnífica colaboración con la solista, dirigió dos páginas sin fónico-corales del húngaro Zoltan Kodály: el Psalmus hungari cus, de 1923, y el Tedéum, 13 años posterior. Música característica del nacionalismo musical en su evolución hacia la modernidad y en su enraizamiento en las tradiciones cultas y populares, nos llegó claramente interpretado y a través de conceptos siempre musicales. De ahí que merezcan elogios, con el director, la orquesta y el coro nacionales, la Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo y solistas de tanta nota como el tenor húngaro Andras Molnar y la soprano española Paloma Pérez Iñigo, sin olvidar a la mezzo María Aragón y al bajo Enrique Baquerizo. Todo sonó con gran presencia en el auditorio de García de Paredes, cuya acústica, como ya avanzamos aquí, empieza a ser reconocida como excelente, en cuanto ha pasado del factor sorpresivo de lo nuevo para convertirse en habitual. Pero la noticia de este con cierto es sin duda la aparición espectacular de Karina Georgian, que ha impuesto ahora su nombre y su categoría al gran público. Ante ella parece demostrarse que en el mundo de la interpretacion musical cualquier tiempo pasado no fue mejor, sino diferente.

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