La colección permanente del Reina Sofía puede pecar de provinciana, según Rudi Fuchs

Rudi Fuchs, de 46 años, director del Gemeentemuseum de La Haya (Holanda), del Museo de Castello di Rivoli (Italia) y miembro de la comisión museística del Centro Reina Sofía, asegura que todos los museos del mundo son inevitablemente conservadores. Se muestra preocupado por el futuro de la colección permanente del citado centro, ya que, según él, los criterios provincianos y temporales se están imponiendo frente a una concepción internacional e intemporal de lo que debe ser un museo moderno. Fuchs participó la pasada semana en Barcelona en un coloquio sobre política museística.

La colec...

Rudi Fuchs, de 46 años, director del Gemeentemuseum de La Haya (Holanda), del Museo de Castello di Rivoli (Italia) y miembro de la comisión museística del Centro Reina Sofía, asegura que todos los museos del mundo son inevitablemente conservadores. Se muestra preocupado por el futuro de la colección permanente del citado centro, ya que, según él, los criterios provincianos y temporales se están imponiendo frente a una concepción internacional e intemporal de lo que debe ser un museo moderno. Fuchs participó la pasada semana en Barcelona en un coloquio sobre política museística.

La colección permanente del Centro de Arte Reina Sofía está siendo formada a partir de una selección de obras de los artistas que se consideran integran tes de la llamada vanguardia histórica española: Pablo Picasso, Joan Miró, Juan Gris, Julio González. Rudi Fuchs cree que se actúa así con un criterio pro vinciano montado sobre una base astutamente falsa. "Todos esos artistas fueron a trabajar a París no por motivos estrictamente políticos, sino que fueron al encuentro del arte internacional europeo, que en aquellos años tenía a París como escenario propio. Hay varias soluciones posibles para la colección de arte del Reina Sofia, y yo creo que, si el núcleo principal va a estar formado por las obras de esos artistas, se debe incorporar a los otros creadores europeos que trabajaron en el París de Picasso. Me refiero a gentes como Mondrian, Brancussi o Kandinski.""Tengo miedo", prosigue Fusch, "de que se imponga esa concepción nacionalista apoyada en la falsa españolidad de Picasso, un artista al que no se puede atribuir nacionalidad, y que el resultado sea una colección de una vida de cinco años en lugar de pensar en que debe ser algo para cientos de años".

Rudi Fusch dirige el Museo de Arte Moderno de La Haya desde noviembre de 1987. Anteriormente participó en la remodelación del castillo de Rívol¡, en Italia; desde 1975 hasta 1987 dirigió el Stedelijk van Abbemuseum de Eindhoven (Holanda); en 1982 dirigió la Dokumenta de Kassel, y su trabajo es conocido por haber organizado numerosas exposiciones en Europa y EE UU. En la comisián de museología del Reina Sofia trabaja junto a Nicholas Serota, director de la Whitechapel Art Gallery de Londres, y Eddy de Wilde, ex director del Museo Stedlijk de Amsterdam (Holanda).

Para, Rudi Fusch, todos los museos responden a la necesidad de transmitir y de perpetuarse del ser humano, de forma que todo museo, sea cual sea su contenido, es conservador. Hablar de museo ideal es dificil para Fush, que considera que el espacio externo debe adecuarse al contenido. "Hay que tener en cuenta el país en el que se monta, y en ese sentido es muy distinto un museo europeo que un americano. Por ejemplo, el MOMA de Nueva York, del que se dice que es un museo perfecto, es algo que sólo puede funcionar allí, pero que sería impensable en Londres, París o Madrid, ciudades en las que ese tipo de arquitectura no responde al entorno en el que se levanta".

En el caso concreto del Reina Sofia, Fusch opina que el edificio es bellísimo, aunque esté mal resuelto el 'problema de la luz natural. Opina que la estructura es tan pura que no necesita ningún adorno superfluo, y sólo espera que se revisen los criterios de la colección para hacer de verdad un centro internacional.