La hora de las soluciones

La salida de Martínez Cortiña del Banco Exterior de España parece la consecuencia lógica de la decisión del núnistro de Economía de introducir un cambio radical en el banco público de forma que se pongan en marcha los mecanismos necesarios para que esta entidad obtenga una rentabilidad suficiente y se adapte a las nuevas exigencias de los mercados financieros. Una vez que Solchaga optó por buscar a una persona experta en el sector y no vinculada al banco público lo normal era que Martínez Cortiña, principal ejecutivo desde que hace ya muchos años fue nombrado primero director general y pos...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La salida de Martínez Cortiña del Banco Exterior de España parece la consecuencia lógica de la decisión del núnistro de Economía de introducir un cambio radical en el banco público de forma que se pongan en marcha los mecanismos necesarios para que esta entidad obtenga una rentabilidad suficiente y se adapte a las nuevas exigencias de los mercados financieros. Una vez que Solchaga optó por buscar a una persona experta en el sector y no vinculada al banco público lo normal era que Martínez Cortiña, principal ejecutivo desde que hace ya muchos años fue nombrado primero director general y posteriormente consejero delegado y vicepresidente, dejara paso al nuevo equipo que quiere poner Francisco Luzón.

Más información

Sin que se haya producido una descalificación de la gestión de los últimos presidentes del banco público ni de los ejecutivos que han trabajado con ellos, el nombramiento de Luzón ha puesto en cuestión lo hecho hasta ahora desde hace cinco años, cuando se supo que el sistema de financiación privilegiada a las exportaciones debía finalizar como consecuencia de la adhesión española a la Comunidad Europea.

El Banco Exterior, entidad que controlaba el 60% de los créditos de esta naturaleza tenía que prepararse para el momento en que el final fuera firme y modificar su estrategia para conseguirlo.

Y aunque se señala que algo se ha hecho en este sentido las voces de la administración no dejan de señalar que ha sido insuficiente y que se debería haber caminado más deprisa. Todo ello sin dejar de reconocer que en algunas operaciones de financiación en las que ha participado el Exterior éste lo ha hecho actuando más como una agencia del Gobierno que como un banco en sentido estricto ya que de otra forma no se habrían firmado una parte importante de estos créditos.

Archivado En