El jefe de la CIA en Líbano, entre las víctimas del avión caído en Escocia

El jefe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) en el Líbano era una de las 258 personas que se encontraban a bordo del Boeing 747 de Pan Am, caído el miércoles en Lockerbie (Escocia), según informó la cadena de televisión norteamericana NBC. La NBC no mencionó la identidad del agente de la CIA y dijo que fuentes gubernamentales estadounidenses no consideran que éste fuese el objetivo del atentado que eventualmente destruyó el avión.

El Departamento de Estado confirmó que viajaban en la nave siniestrada tres diplomáticos, dos estacionados en Beirut y uno en Nic...

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El jefe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) en el Líbano era una de las 258 personas que se encontraban a bordo del Boeing 747 de Pan Am, caído el miércoles en Lockerbie (Escocia), según informó la cadena de televisión norteamericana NBC. La NBC no mencionó la identidad del agente de la CIA y dijo que fuentes gubernamentales estadounidenses no consideran que éste fuese el objetivo del atentado que eventualmente destruyó el avión.

El Departamento de Estado confirmó que viajaban en la nave siniestrada tres diplomáticos, dos estacionados en Beirut y uno en Nicosia, pero no hizo más comentarios al respecto. Los agentes de la CIA gozan de estatuto diplomático cuando están destinados en el exterior.

Mientras tanto, en Lockerbie prosiguen las tareas de rescate de cadáveres esparcidos en un área de 30 kilómetros de radio. Además de los 258 pasajeros, se estima que 17 habitantes del pueblo murieron abrasados a consecuencia del incendio desatado tras la caída del avión. La policía indicó que aún no se ha identificado oficialmente a ninguno de los 155 cuerpos recuperados.

La policía pidió a los familiares de las víctimas que se abstengan de ir al lugar del accidente para no dificultar las tareas de rescate e investigación. Los detalles sobre la localización y las circunstancias en que se encuentren los cadáveres y los restos de la nave se consideran esenciales para determinar si fue una bomba la causante de la catástrofe.

Equipos del FBI y de Scotland Yard examinan la posibilidad de que la nave se desintegrara por la acción de un potente explosivo plástico denominado Sentex, que los actuales equipos de seguridad de los aeropuertos no son capaces de detectar.

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