Acuerdo mundial para calificar el consumo de drogas como parte del tráfico ilícito

Los países productores de drogas han modificado sustancialmente el proyecto de la convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas a lo largo de casi cuatro semanas de discusión en Viena. Si bien no han conseguido, tal y como era su intención, que se incluyera en el texto una penalización explícita del consumo, sí que han logrado que el consumo sea considerado como tráfico ilícito. El documento definitivo fue aprobado ayer por el pleno de la conferencia y sera firmado hoy por los plenipotenciarios de 41 países que han llegado a la capita...

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Los países productores de drogas han modificado sustancialmente el proyecto de la convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas a lo largo de casi cuatro semanas de discusión en Viena. Si bien no han conseguido, tal y como era su intención, que se incluyera en el texto una penalización explícita del consumo, sí que han logrado que el consumo sea considerado como tráfico ilícito. El documento definitivo fue aprobado ayer por el pleno de la conferencia y sera firmado hoy por los plenipotenciarios de 41 países que han llegado a la capital austriaca.

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La inicial postura de México -que se enfrentó abiertamente al primer borrador y que incluso llegó a ser calificada de obstruccionista por los países llamados consumidores de droga, es decir, los países industrializados occidentales- se fue abriendo paso paulatinamente a medida que avanzaban las sesiones de la conferencia. La primera versión del borrador, presentada el pasado 20 de noviembre, en opinión del delegado mexicano, Alberto Székely, "parecía que se hubiera redactado exclusivamente contra los países productores".Según Székely, en ésta existían cláusulas contradictorias con el objetivo del convenio, que, en su opinión, buscaba preservar la soberanía de los Estados contra los embates de los grandes narcotraficantes. El delegado mexicano se refería a algunos elementos que iban contra el principio de legalidad de cada Estado o ciertas cláusulas punitivas que podían ser aplicadas y que, dijo, "desviaban el convenio de su carácter de cooperación, ya que permitían que un Estado acusara a otro".

Finalmente, México ha conseguido que se incluya el consumo dentro de la definición de lo que es el tráfico ilícito, pero no ha podido llegar a penalizarlo explícitamente. El texto definitivo se limita a indicar que el consumo forma parte de todo el proceso del narcotráfico; sin embargo, deja a la discrecionalidad de cada Estado el si debe o no penalizarlo.

El país que más se ha opuesto a las tesis mexicanas, y en general de los países latinoamericanos productores de drogas, ha sido su gran vecino del Norte, Estados Unidos, pese a que hace escasamente un mes el presidente Ronald Reagan firmó la nueva ley contra la droga, en la que se incluye la penalización del consumo y se prevén penas graves.

Los países europeos occidentales han adoptado una postura más flexible. Para el delegado italiano, Lorenzo Ferrarin, la convención no hace más que aplicar la normativa que el Gobierno del democristiano Ciriaco de Mita acaba de aprobar y que ha de examinar el Parlamento. Ésta incluye la penalización del consumo. En un sentido similar se ha pronunciado ante el pleno el delegado del Gobierno español para el Plan Nacional de Drogas, Miguel Solans, quien afirmó que el acuerdo coincide con la legislación recientemente adoptada en España.

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