Yasir Arafat, con una rama de olivo y una piedra, habla hoy en Ginebra ante la ONU

El líder palestino, Yasir Arafat, se dirige esta tarde a la Asamblea General de la ONU, reunida de forma excepcional en Ginebra ante la negativa de EE UU a concederle un visado para asistir a su sede habitual de Nueva York. Con una rama de olivo en una mano y una piedra en la otra, como anunciara en el reciente cónclave palestino de Argel Abu Amar como se le denomina familiarmente-, pedirá el reconocimiento de la ONU para su Estado, y que los territorios ocupados por Israel donde uebe hacerse realidad su proyecto de independeno la sean colocados bajo el mandato de dicho orgaí ismo, internacion...

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El líder palestino, Yasir Arafat, se dirige esta tarde a la Asamblea General de la ONU, reunida de forma excepcional en Ginebra ante la negativa de EE UU a concederle un visado para asistir a su sede habitual de Nueva York. Con una rama de olivo en una mano y una piedra en la otra, como anunciara en el reciente cónclave palestino de Argel Abu Amar como se le denomina familiarmente-, pedirá el reconocimiento de la ONU para su Estado, y que los territorios ocupados por Israel donde uebe hacerse realidad su proyecto de independeno la sean colocados bajo el mandato de dicho orgaí ismo, internacional.

El control de la ONU sobre los territorios ocupados, idea ya avanzada el pasado noviembre durante la reunión del Consejo Nacional Palestina (CNP, Parlamento en el exilio), choca con dificultades formales. De acuerdo con el plan avanzado por Arafat y sus colaboradores, dicho mandato se llevaría a cabo para cubrir el eventual vacío que dejaría la retirada de las tropas israelíes, y debería producirse antes de la reunión de una conferencia intemacional de paz, cuyos preparativos se auguran largos.En cuanto al respaldo de la ONU al recién proclamado Estado palestino, el clima parece favorable con una sesentena de países miembros que ya han expresado su reconocimiento y la mayoría de la Asamblea en favor de la ruptura de relaciones con Israel, de acuerdo con una resolución aprobada hace una semana. De momento, los borradores pará las dos resoluciones que dicho foro se propone elaborar en los próximos días contienen varias alternativas. Una de ellas consiste en acordar al Estado de Palestina el mismo estatuto de que goza la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), "con los derechos y privilegios acordados".

Desde 1974, la OLP dispone de un puesto de observador, encabezado por el veterano Zehdi Labib Terzi, que le permite asistir a los debates de la ONU sin derecho de voto. En esa fecha, Abu Amar se dirigió por primera vez a la Asamblea General -la de hoy será su segunda intervención- con el famoso símbolo del arma y la rama de olivo. El cambio de la primera, expresión de la lucha armada, por la piedra utilizada por los niños de la intifada (levantamiento) representa un gesto. de la voluntad de paz de la central palestina, que ha reconocido además el derecho a la existencia de Israel. Convencer de su sinceridad a la comunidad internacional, y en especial al reticente EE UU, consti tuye el objetivo de la campaña diplomática lanzada por la OLP, en la que la intervención de Arafat ante la Asamblea de la ONU marca el punto culminante.

La otra alternativa que están estudiando las distintas delegaciones se limita a dar la bienvenida a los resultados del CNP como "una contribución positiva" de cara a una solución pacífica.

Sólo en tres ocasiones se ha reunido la Asamblea General fuera de su sede habitual de Nueva York. En 1946, la primera sesión de la Asamblea se desarrolló a medias entre Londres y Flushing Meadows, a las afueras de Nueva York, que por a juellas fechas aún no había sido designada como sede de la ONU. Dos años más tarde, en 1948, la Asamblea celebró su tercera reunión en el palacio Chaillot de París. Los delegados querían evitar que su convocatoria en la ciudad norteamericana interfiriera la campaña presidencial, en la que ese año se enfrentaban el demócrata Harry Truman y el republicano Thomas Dewey. En 1951, debido a que los actuales edificios que alojan las Naciones Unidas no estaban concluidos, la Asamblea regresó por tres meses a París.

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