Una jornada con Delors y Martens

El presidente del Gobierno español, Felipe González, aprovechó su breve estancia en la capital belga para almorzar con el presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, y reunirse en privado con el primer ministro belga, Wilfried Martens. Celebrado a solas en la sala privada de un típico restaurante bruselense de pescado, el almuerzo con Delors estuvo dedicado a examinar las perspectivas de la presidencia española de la CE después de la cumbre europea de Rodas en la que varios temas candentes quedaron aplazados hasta el Consejo Europeo de Madrid.Aunque oficialmente ambos ...

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El presidente del Gobierno español, Felipe González, aprovechó su breve estancia en la capital belga para almorzar con el presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors, y reunirse en privado con el primer ministro belga, Wilfried Martens. Celebrado a solas en la sala privada de un típico restaurante bruselense de pescado, el almuerzo con Delors estuvo dedicado a examinar las perspectivas de la presidencia española de la CE después de la cumbre europea de Rodas en la que varios temas candentes quedaron aplazados hasta el Consejo Europeo de Madrid.Aunque oficialmente ambos comensales no hablaron de las carteras que podrán desempeñar los dos comisarios españoles, Manuel Marín y Abel Matutes, en la Comisión Europea que tomará posesión en enero, el tema fue sin duda evocado en la comida. Para defender su carácter privado el jefe del Gabinete de Delors, Pascal Lamy, intentó en vano impedir a gritos que las cámaras de televisión filmasen la entrada de los presidentes en el célebre restaurante.

Tras aterrizar con retraso en Bruselas, Felipe González inicó su estancia visitando la nueva sede de la Representación Permanente de España (embajada) ante la CE, un edificio moderno que se ha quedado pequeño antes de ser inaugurado y en el que no han podido instalarse parte de los servicios previstos. Allí tomó un vino español y, por la tarde recibió a los dos comisarios españoles.

A última hora, el jefe del Gobierno español pasó por la residencia de su homólogo belga, Wilfried Martens, y tras una breve entrevista, se dirigió al Palacio de Congresos, donde González pronunció su conferencia ante un nutrido auditorio en el que no figuraban la mayoría de los eurodiputados españoles, invitados por la Moncloa a pesar de que ayer por la tarde empezaba la sesión plenaria del Parlamento Europeo.

La jornada concluyó con una cena ofrecida por Emile Verbruggen, el presidente de las Grandes Conferencias Católicas.

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