Las elecciones canadienses, un referéndum sobre el tratado de libre comercio con EE UU

Las elecciones generales canadienses del próximo lunes se han convertido en un auténtico referéndum en torno al tratado de libre comercio entre Canadá y Estados Unidos, firmado el pasado mes de enero por el primer ministro conservador, Brian Mulroney, y el presidente norteamericano, Ronald Reagan.

La oposición rechaza tal acuerdo, que califica de "venta" y "sometimiento colonial" a la poderosa economía de EE UU y que supondría, añaden, la pérdida de la identidad nacional, de la que tan orgullosos se muestran los canadienses.El tratado de libre comercio, si finalmente es ratificado en Wa...

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Las elecciones generales canadienses del próximo lunes se han convertido en un auténtico referéndum en torno al tratado de libre comercio entre Canadá y Estados Unidos, firmado el pasado mes de enero por el primer ministro conservador, Brian Mulroney, y el presidente norteamericano, Ronald Reagan.

La oposición rechaza tal acuerdo, que califica de "venta" y "sometimiento colonial" a la poderosa economía de EE UU y que supondría, añaden, la pérdida de la identidad nacional, de la que tan orgullosos se muestran los canadienses.El tratado de libre comercio, si finalmente es ratificado en Washington y Ottawa, reduciría totalmente las barreras aduaneras entre Canadá y Estados Unidos, que de hecho benefician ya al 80% de los intercambios comerciales entre los dos países, que ascienden a la cifra de 132.000 millones de dólares (unos 15 billones de pesetas).

El proyecto contempla también la paulatina desaparición de los actuales sistemas de subsidios y ayudas estatales de que gozan numerosos sectores sociales. Y ello repercutiría, según la oposición, en el deterioro del estado de bienestar existente en este país, una de las señales de identidad canadiense de las que se muestran orgullosos sus habitantes.

El mercado común, que entraría en vigor el próximo 1 de enero y se implantaría en un período de diez años, ha pasado todos los trámites parlamentarios en Estados Unidos y sólo está pendiente de la firma del presidente Reagan. En Canadá, el tratado pasó la aprobación parlamentaria de la Cámara de los Comunes con mayoría conservadora, pero quedó bloqueado al llegar al Senado, una institución sin poderes ejecutivos ni relevancia política, dominada por una mayoría de notables nombrados durante los 16 años de Gobiernos liberales. Los senadores argumentaron para bloquear el tratado con EE UU que se trata de un asunto fundamental para el país y que no había sido sometido a la aprobación democrática de los canadienses, ante lo cual el primer ministro, Brian Mulroney, decidió convocar elecciones generales.

Los dos grandes partidos canadienses, conservadores y liberales, figuran empatados en los últimos sondeos de opinión, con una tercera formación política, el Nuevo Democrático, como posible árbitro poselectoral.

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