Casi 40.000 españoles mueren cada año por el tabaco

El tabaco mata anualmente a casi 40.000 españoles, según un informe del Ministerio de Sanidad, que muestra su preocupación por su arraigo entre los niños, muy por encima de otros países. A título ejemplarizador, la Administración pretende que los Juegos Olímpicos de 1992 "sean un acontecimiento libre de humo, con prohibición completa de publicidad y promoción de todos los productos del tabaco".

El tabaco, según el informe de Juan José Artells, director general de Planificación Sanitaria, es responsable del 13% de las muertes que ocurren en España, donde fuma el 38% de la población (54%....

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El tabaco mata anualmente a casi 40.000 españoles, según un informe del Ministerio de Sanidad, que muestra su preocupación por su arraigo entre los niños, muy por encima de otros países. A título ejemplarizador, la Administración pretende que los Juegos Olímpicos de 1992 "sean un acontecimiento libre de humo, con prohibición completa de publicidad y promoción de todos los productos del tabaco".

El tabaco, según el informe de Juan José Artells, director general de Planificación Sanitaria, es responsable del 13% de las muertes que ocurren en España, donde fuma el 38% de la población (54%. entre los varones y 27% entre las mujeres). En 1978 el 53% de los españoles nunca fumaba mientras que en 1987 este porcentaje había bajado a un 49%, debido fundamentalmente al crecimiento de su consumo entre las españolas (un 10% más). En 1987 los españoles compraron 3.968 millones de cajetillas.Sin embargo, según datos del sector, este año las ventas bajaran un 2,5% y en 1989 se reducirán otro 1,5%. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la media anual de consumo por español está en 2.740 cigarrillos. España, cuestiones de renta aparte, tiene el precio de la cajetilla más baja de los 32 países de la región europea de la OMS, con excepción de Grecia, Hungría y Rumanía.

Según el informe de Artells, el 96,6% de los españoles conoce los efectos nocivos del tabaco. Sin embargo, "los fumadores no ocultan, sino más bien hacen ostentación de su hábito", hasta el punto de que se "considera falta de educación no ofrecer un cigarrillo" y "no se suele pedir permiso para comenzar a fumar en presencia de otros". Paradójicamente, según datos de Sanidad, un 78% de los españoles considera correcto la prohibición de fumar en lugares públicos y otro 69% apoya la supresión de publicidad de este producto.

El estudio de Artells afirma que en general los españoles se inician en el tabaco a los 17 años. Sin embargo, en los últimos años está creciendo este hábito en edades más tempranas, concretamente en niños de entre once y trece años. La legitimación y fomento social de que goza el tabaco en España influye, según Artells, en que "para muchos niños el hábito de fumar es un privilegio de los adultos, por lo que el adquirirlo representa un acto de iniciación social".

Aumento en niños

De 10 países europeos analizados por la OMS, España arrojó el mayor porcentaje de menores de once años que fuman ocasionalmente, con un 12,9%, seguida por Suiza (7,8%) y Austria (7,1%). Sanidad espera que en el año 2000 se haya reducido un 18% el número de fumadores. Una de las vías será una sustancial elevación de la fiscalidad sobre el tabaco a través de las medidas de armonización que prepara la Comunidad Europea y que podrían recibir un impulso a partir de la presidencia española, en el primer semestre de 1989.Un alto cargo de Sanidad dejó caer sobre la siguiente hipótesis: "Duplicar el precio ya estaría bien, teniendo en cuenta que en Dinamarca cuesta el paquete cuatro veces más". Los ingresos que genere esta mayor presión fiscal sobre el tabaco se proyecta que se destinen a programas de prevención del tabaquismo.

Para 1995 se pretende que exista una red mínima de servicios de tratamiento y ayuda a fumadores para dejar este hábito. Y en ese año, al menos el 75% de los médicos, deberán ofrecer sistemáticamente consejo sobre el tabaco a sus pacientes, para lo que contarán con centros de referencia especializados. También se planea vigilar el cumplimiento de la legislación vigente para lograr la efectiva protección de los no fumadores en centros públicos y de trabajo, cuyo generalizada violación ha sido públicamente reconocida por el ministro de Sanidad, Julián García Vargas.

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