Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Colores ibéricos y caracter francés

Uno de los directores principales invitados, el español Víctor Pablo Pérez, dirige esta semana los conciertos de abono de la Orquesta Nacional. El programa, nada común, incluye en la primera parte obras de Guridi y Ernesto Halffter, y en la segunda El hijo pródigo, de Claudio Debussy, que, en su integridad, es la primera vez que lo interpreta la Orquesta Nacional.A comienzos de los años cuarenta se estrenaron tres obras que han pasado a los repertorios: el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo; las Melodías vascas, de Guridi, y la Rapsodia portuguesa, de Ernesto ...

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Uno de los directores principales invitados, el español Víctor Pablo Pérez, dirige esta semana los conciertos de abono de la Orquesta Nacional. El programa, nada común, incluye en la primera parte obras de Guridi y Ernesto Halffter, y en la segunda El hijo pródigo, de Claudio Debussy, que, en su integridad, es la primera vez que lo interpreta la Orquesta Nacional.A comienzos de los años cuarenta se estrenaron tres obras que han pasado a los repertorios: el Concierto de Aranjuez, de Rodrigo; las Melodías vascas, de Guridi, y la Rapsodia portuguesa, de Ernesto Halffter. Cada una a su manera continúan el nacionalismo de la preguerra, lo que, por otra parte, hicieron también los músicos dispersados: Gehrard con Don Quijote, Bautista con los Poemas gallegos o Rodolfo Halffter con el Concierto para violín.

Orquesta Nacional

Director: Víctor Pablo Pérez. Solistas:G. González (piano), M. Orán (soprano), H. Croock (tenor) y D. Pittman (barítono). Obras de Guridi, Halffter y Debussy. Auditorio Nacional, 11 de noviembre.

Los 10 temas populares, procedentes de Azkue, Bordes o anotados por el propio Guridi, sirvieron al músico alavés -según el detallado análisis de Enri que Jordá- para una serie sinfónica espléndida por la inteligencia del tratamiento orquestal y el enflaque poliestilístico. Salvo algún momento de décalage, la ONE hizo muy bien la versión que le planteara Víctor Pablo. También hubo algún instante peligroso en la Rapsodia de Halffter, pero, en general, el pianista Guillermo González la resolvió con pulcritud, buen concepto y lírica austeridad, todo ello bien impostado en el conjunto.

El hijo pródigo, escena lírica sobre texto de Edouard Guinand, no es música definitoria de la estética de su autor, pero en ella se advierte, como dijera Le Figaro, que "no estamos ante un cualquiera".

Afinación y expresividad

Nuestra cantante María Orán, que desde hace 10 años enseña en Friburgo, interpretó con depurado timbre, afinación segura y expresividad sin exceso, su parte, a la que dieron respuesta el tenor norteamericano Howard Croock, de técnica ligera y muy bello color, y el barítono también estadounidense David PittmanJennings.Víctor Pablo condujo la obra con firmeza, luminosa intención y riqueza dinámica, aunque quizá un poco ausente del encantamiento debussiano que informa toda su producción.

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