Americanistas de Cuba y Santo Domingo niegan que Colón repose en Sevilla

La tumba hispalense podría albergar los restos de su hijo Diego

El I Congreso Colombino se clausuró ayer en Sevilla con una visita a la que, según algunas tesis, se considera la auténtica tumba de Cristóbal Colón, ubicada en la catedral hispalense. Expertos americanistas de Cuba y la República Dominicana rechazaron que Colón esté enterrado en Sevilla y aseguraron que los restos del descubridor se encuentran depositados en Santo Domingo.

En la recepción catedralicia a los congresistas, el delegado del arzobispo dijo a los americanistas: "Aquí están los restos del descubridor. Ustedes luego, cuando salgan, discutan lo que quieran". En la sesión de tra...

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El I Congreso Colombino se clausuró ayer en Sevilla con una visita a la que, según algunas tesis, se considera la auténtica tumba de Cristóbal Colón, ubicada en la catedral hispalense. Expertos americanistas de Cuba y la República Dominicana rechazaron que Colón esté enterrado en Sevilla y aseguraron que los restos del descubridor se encuentran depositados en Santo Domingo.

En la recepción catedralicia a los congresistas, el delegado del arzobispo dijo a los americanistas: "Aquí están los restos del descubridor. Ustedes luego, cuando salgan, discutan lo que quieran". En la sesión de trabajo, dedicada precisamente a estudiar el lugar en el que se encuentran los restos del navegante, participaron, junto al estadounidense Jonathan Erickson, representantes de los tres países que se atribuyen el privilegio de albergar los restos de Colón: Cuba, República Dominicana y la ciudad de Sevilla.Las pasiones que aún despierta el tema de dónde se encuentran los restos de Colón se pusieron de manifiesto cuando se intentó hacer un retrato de familia de los ponentes que participaron en la sesión. Esteban Deive, representante dominicano, se negó en redondo a posar, explicando azoradamente que los españoles que acuden a su país, "incluido el propio rey Juan Carlos", evitan visitar la tumba de Colón, situada en la catedral de Santo Domingo.

"Yo vengo representando a mi país y por tanto no puedo salir ante esta tumba. Si viniese como particular no me importaría que me fotografiasen subido en lo alto del mausoleo" justificó Deive. Mientras el representante cubano se llevaba las manos a la cabeza, el español ponía paz y el estadounidense observaba con cara de no entender nada.

Eusebio Leal, historiador de la ciudad de La Habana, fue el único ponente que sostuvo una tesis contraria a su país, manifestando que los verdaderos restos de Colón se encuentran en la República Dominicana. El investigador cubano, tras exponer una exhaustiva documentanción apoyando la tesis dominicana, señaló: "Creo que los huesos del almirante, lo que queda de ellos, por el rigor con que los dominicanos asumieron la defensa del sepulcro, yacen en la catedral Primada de las Américas, en Santo Domingo".

Leal explicó en su intervención que, como consecuencia del Tratado de Basilea de 1795, España perdió una parte de la isla de Santo Domingo, por lo que se produjo la exhumación de los restos colombinos, siendo trasladados apresuradamente a la ciudad de La Habana el 21 de diciembre de 1795, "donde se depositaron provisionalmente en la catedral".

El ponente cubano afirmó que los restos que llegaron a La Habana no eran los de Colón, que habían quedado en Santo Domingo, sino los de su hijo Diego. Completó su argumentación citando un telegrama dirigido en 1877 al ministro de Estado español por el cónsul de España en Santo Domingo, en el que se comunica: "Descubiertos restos verdaderos de Cristóbal Colón con innegables pruebas de autenticidad. Créese que los existentes en La Habana pertenecen a su hijo".Según esta teoría, los restos que procedentes de Cuba llegaron a Sevilla en 1898 junto con el mausoleo construido por Arturo Mélida corresponden a Diego Colón. "En Cuba no queda ni un hueso del navegante ni de su hijo", concluyó el investigador cubano. Deive, profesor de la universidad dominicana Pedro Henrique Ureña, abundó en la tesis de Leal, basándose en el hallazgo de 1877 citado por el ponente cubano, así como en una carta enviada por el arzobispo de Santo Domingo al Rey de España en 1667, en la que comenta el hallazgo de restos colombinos. Juan Gil, de la universidad de Sevilla, defendió en su ponencia la autenticidad de la tumba hispalense.

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