Crítica:MÚSICA CLÁSICA

La violinista Glass, estrella de 17 años

El primer concierto de abono de la Orquesta Nacional, dirigida por Jesús López Cobos, estuvo dedicado a Mende1ssolin, con preciosas versiones de El sueño de una noche de verano, el Concierto en mi menor para violín y orquesta y la Sinfonía número 3, 'Escocesa'. Todas las versiones fueron transparentes, equilibradas, luminosas y, como es propio del compositor, serenamente apasionadas, valga la paradoja.El músico, en el que "todo es perfecto y bello por la refinada e inteligentísima precisión", como escribe Heine,'significa un matiz diferente dentro del panorama romántico alemán, y...

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El primer concierto de abono de la Orquesta Nacional, dirigida por Jesús López Cobos, estuvo dedicado a Mende1ssolin, con preciosas versiones de El sueño de una noche de verano, el Concierto en mi menor para violín y orquesta y la Sinfonía número 3, 'Escocesa'. Todas las versiones fueron transparentes, equilibradas, luminosas y, como es propio del compositor, serenamente apasionadas, valga la paradoja.El músico, en el que "todo es perfecto y bello por la refinada e inteligentísima precisión", como escribe Heine,'significa un matiz diferente dentro del panorama romántico alemán, y las tres o,bras escuchadas ahora bastarian para atestiguarlo, tanto cuando parte de ideas poéticodramáticas como cuando obedece a sugerencias geográficas de viajero. Este romántico sin tormento, de feliz existencia, perteneciente a una familia económicamente pujante, fue hombre culto que tanto se dejó ganar por Cervantes (Las bodas de Camacho) como por Shakespeare (El sueño de una noche de verano). S abio renovador -aunque no lo pareciese- en su juntura de valores clásicos y románticos, ya a los 17 años ofrecía las características de su estilo, con aire de madurez, en la obertura de El sueño... (1827), a la que añadiría más tarde los fragmentos que constituyen su partitura escénica para la pieza shakespeariana. Su concepto novísimo del scherzo, la música más aérea que se haya escrito, animaría en el fondo gran parte de su obra, cuando no se expresaba a través de una comedida melancolía.0

Orquesta Nacional

Solista: Elisabeth Glass, violinista. Director: Jesús López Cobos. Obras de Mendelssolm. Auditorio Nacional, 28 de octubre.

Redescubrimiento

La Sinfonía Escocesa, como la Italiana, o la obertura de La gruta de Fingal, constituyen reflejos del artista viajero que supo mirar su entorno con los ojos bien abiertos y la sensibilidad porosa en tanto su amor por los grandes barrocos le lleva al redescubrimiento de las Pasiones de Bach o a la creación de sus oratorios parabarrocos: Paulus, Elías. Si El sueño de una noche de verano traduce el mundo fantástico de los bosques y las hadas, la Escocesa pinta con tanalidades tenues un paisaje distante al de las luces meridionales que nos trae la Italiana. El Concierto en mi menor objetiva el vuelo mágico del estilo mendelssoliniano en una obra de suprema elegancia. Más si tiene una protagonista como la diecisieteañera berlinesa Elisabeth Glass, cuyo debú con la Filarmónica de Karajan casi coincide con su actuación en Madrid. Técnica limpia, ágil; sonido y afinación bellos y exactos, buena línea, frescor muy adecuado para la obra y un futuro absolutamente prometedor tiene la jQvencísima violinista alemana. El éxito fue enorme, y no menor el de López Cobos, por su bien entendida Sinfonía Escocesa. En ella todo adquirió una altura singular: orquesta, versión, comunicatividad, emoción.

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