EL NUEVO PALACIO DE LA MÚSICA

La Orquesta Nacional inaugura mañana el nuevo auditorio de Madrid

Una sala para 2.000 personas con magnífica acústica

A los cuatro años de colocarse la primera piedra, el Auditorio Nacional inicia mañana su vida con cuatro conciertos de la Orquesta Nacional de España y la Joven Orquesta Nacional de España, dirigidos por sus titulares, López Cobos y Colomer, respectivamente. En ellos, con el Coro Nacional, la Coral Cármina, de Barcelona, el Orfeón Donostiarra y la Escolanía del Recuerdo, intervienen estrellas tan importantes como Montserrat Caballé, Teresa Berganza y Francisco Araiza.

En los programas de los conciertos inaugurales están la Atlántida, de Falla-Halffter, en la versión que López Cob...

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A los cuatro años de colocarse la primera piedra, el Auditorio Nacional inicia mañana su vida con cuatro conciertos de la Orquesta Nacional de España y la Joven Orquesta Nacional de España, dirigidos por sus titulares, López Cobos y Colomer, respectivamente. En ellos, con el Coro Nacional, la Coral Cármina, de Barcelona, el Orfeón Donostiarra y la Escolanía del Recuerdo, intervienen estrellas tan importantes como Montserrat Caballé, Teresa Berganza y Francisco Araiza.

En los programas de los conciertos inaugurales están la Atlántida, de Falla-Halffter, en la versión que López Cobos dirigiera en Lucerna; la Misa de la coronación, de Mozart; Carmina Burana, de Carl Orff, Misa de réquiem de Verdi; Las bodas y La consagración de la Primavera, de Stravinski. ¿Y la música española de nuestro tiempo?. Parece no existir cuando no ocupa lugar en ocasión como la presente.El propio director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, José Manuel Garrido, acepta la "anomalía", menos comprensible cuando el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, la Orquesta Nacional o el teatro de la ópera reciben y estrenan numerosas obras encargadas a autores españoles actuales.El Auditorio Nacional es el tercero que inaugura el arquitecto García de Paredes, después del Centro Manuel de Falla de Granada y del Palau de la Música de Valencia. Hay una constante en los edificios musicales de García de Paredes: la simplicidad. Y un matiz fundamental: la adecuación al lugar y su entorno. No escapa a ello el nuevo auditorio, con su exterior en piedra y ladrillo, elementes de tanta tradición madrileña. En este sentido es interesante comparar la gran sala, capaz para más de 2.200 personas, con la Philarmonia de Berlín, de Scharoun, que representó un corte en el estilo de las salas de conciertos con influencia notable en la mayoría de los auditorios posteriores.

El madrileño es más íntimo que el berlinés, pues no se contempla desde cualquier lugar el resto de las localidades. Por otra parte, la base estructural de Scharoun fueron tres pentágonos superpuestos, en tanto la de García de Paredes toma del clasicismo la regularidad y simetría propia de figuras rectangulares. Tampoco se identifican ambas salas en la situación de la orquesta, prácticamente rodeada de público en el caso de la sala berlinesa y con sólo dos formantes elevados frente al director en nuestro auditorio.

Riqueza de infraestructura

Verdadero hallazgo, que supera las anteriores realizaciones del García de Paredes, es el techo de madera, con formas que recuerdan ciertas ideaciones de Palazuelo. La iluminación se resuelve de forma que los elementos correctores de acústica, tan visibles como tales en Berlín, están aquí incorporados a las grandes lámparas. Característica formidable e inusual, aquí y en cualquier parte, es la riqueza de la infraestructura del edificio: una segunda sala de cámara con capacidad para 800 oyentes y una tercera para 200 destinada a la vez a los ensayos generales del coro; cuatro salas de estudio y ensayo para el coro, 14 para la orquesta, instalaciones megafónicas que alcanzan todas las dependencias, control a través de circuito cerrado de televisión con cinco monitores, completan el cuadro de una funcionalidad de primer orden. La riqueza de la infraestructura es tal que si por la tarde actúa la Orquesta Nacional y por la noche otra orquesta invitada cada una dispone de servicios independientes.El auditorio, por la amplitud de espacios y la suavidad de las tonalidades, proporciona una serenidad ambiental extraordinaria. En cuanto a la acústica resulta esplendorosa por su presencia y definición, con variantes mínimas entre la sala vacía y ocupada, y una gran unidad en el índice de reverberación. Todo lo cual acusa la sabiduría de los asesores acústicos: Lothar Cremer, autor de la Philarmonia berlinesa, y Thomas Fütterer. Juan Ignacio García Pedrosa y Ángeles García de Paredes Falla completan el equipo de arquitectos, al que se suman los ingenieros Julio Martínez Calzón y José María Fernández, que han trabajado en las estructuras.

Con la reciente reinauguración del Monumental y su recuperación para la música, a la que, por cierto, se refería García de Paredes cuando trazó el proyecto de su auditorio, la relación de habitantes-sala de conciertos queda en Madrid al 2 por 1.000, algo menos que París y algo más que Londres.

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