SEVILLA

Quites para 1992

Curro Romero no sólo aseguró ayer su inclusión en la próxima feria de abril, sino que cogió fuelle para mantener la esperanza de sus incondicionales hasta las corridas extraordinarias -unas 60- que se van a celebrar con motivo de la exposición universal de 1992. De las 60, por lo menos 30, se ganó ayer el camero con el capote.Curro toreó a la verónica como en sus mejores tiempos, tres quites, tres, de antología. Si hermosas fueron las veránicas, el broche de cada tanda, con la media, fue obra de querubines, que sin duda, son de superior jerarquía que los ángeles. La plaza en pie, la música a l...

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Curro Romero no sólo aseguró ayer su inclusión en la próxima feria de abril, sino que cogió fuelle para mantener la esperanza de sus incondicionales hasta las corridas extraordinarias -unas 60- que se van a celebrar con motivo de la exposición universal de 1992. De las 60, por lo menos 30, se ganó ayer el camero con el capote.Curro toreó a la verónica como en sus mejores tiempos, tres quites, tres, de antología. Si hermosas fueron las veránicas, el broche de cada tanda, con la media, fue obra de querubines, que sin duda, son de superior jerarquía que los ángeles. La plaza en pie, la música a los cuatro vientos y el delirio.

La expectación, cuando cogió la muleta, se mascaba. Un trincherazo de cartel y allí se acabó todo. Esta vez, sí, porque el toro se había acabado. Al primero se limitó a quitarle las moscas. Ambos los mató, con brevedad, desde el reloj.

Sánchez / Romero, Paula, Valderrama

Cuatro toros, de aceptable presentación, y dos novillos, terciados, de Ramón Sánchez, de juego desigual. Curro Romero. silencio y ovación con saludos. Rafael de Paula: pititos y silencio. Domingo Valderrama: vuelta y ovación. Plaza de la Real Maestranza, 12 de octubre. Corrida mixta a beneficio de la Cruz Roja.

Ni un momento quieto

Rafael de Paula no paró un momento quieto en ninguno de sus dos toros. En su primero, por lo menos, estuvo breve. En el quinto, hizo un trasteo larguísimo, que es lo último que debe hacer un torero de su corte, cuando no se tiene la menor intención de aguantar la embestida. Si lo bueno, si breve, dos veces bueno, lo malo debe ser fugaz, para que no resulte insoportable.Domingo Valderrama toreaba su sexta novillada en La Maestranza en esta temporada. Ayer no incrementó el buen cartel de que aquí goza. En su primero se alternaron los muletazos estimables con otros que estaban faltos de remate.

En la segunda parte de la faena, cuando se estaba centrando, el novillo se vino abajo. En el sexto, un novillo con genio, el de Utrera no se acopló con él. Da gusto verlo entrar a matar.

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