El Papa inicia hoy su viaje a Zimbabue, Lesoto, Botsuana, Suazilandia y Mozambique

Juan Pablo II inicia hoy su cuarto viaje a África, donde visitará dos de los países del continente más devastados por la plaga del hambre, Botsuana y Mozambique; dos minúsculas monarquías, Lesoto y Suazilandia, y Zimbabue, un país presidido por un marxista, Robert Mugabe, que goza de excelentes relaciones con la Iglesia. Sobre el viaje planea la exclusión de Suráfrica.

Este país, de gran influencia militar y económica en la zona, será sobrevolado por el Papa pero no visitado, a pesar de los intentos realizados en este sentido por el régimen del apartheid. En un comunicado al resp...

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Juan Pablo II inicia hoy su cuarto viaje a África, donde visitará dos de los países del continente más devastados por la plaga del hambre, Botsuana y Mozambique; dos minúsculas monarquías, Lesoto y Suazilandia, y Zimbabue, un país presidido por un marxista, Robert Mugabe, que goza de excelentes relaciones con la Iglesia. Sobre el viaje planea la exclusión de Suráfrica.

Este país, de gran influencia militar y económica en la zona, será sobrevolado por el Papa pero no visitado, a pesar de los intentos realizados en este sentido por el régimen del apartheid. En un comunicado al respecto hecho público ayer en Roma, el Vaticano asegura que el programa de la visita es muy intenso y no permite un desplazamiento a otros países, aunque en el texto se reconoce que los "problemas entre grupos étnicos suscitan inquietud".Precisamente a su llegada hoy a la capital de Zimbabue, Harare -punto inicial de la gira-, se espera de Juan Pablo II un alegato contra la política de discriminación racial. Anle el Papa se concentraran los obispos de toda el área meridional africana reunidos en Harare. Tampoco faltaran referencias a la situación de violencia que se vive en el área, propiciada por el Gobierno surafricano, cuyo ejército ha realizado en diversas ocasiones incursiones en países vecinos. El régimen del apartheid controla la denominada Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo), que lucha contra el régimen marxista de Maputo, y a la que en la documentación facilitada por la Santa Sede se califica de "grupo de bandidos". Suráfrica, según el Gobierno mozambiqueño, no ha respetado los acuerdos de Nkomati, suscritos en 1984 entre ambos países para normalizar sus relaciones a costa de la Renamo.

Al igual que Mozambique, Botsuana o Lesoto han sufrido los ataques directos de Suráfrica, que los ha acusado en algunas ocasiones de dar asilo a los militantes del Congreso Nacional Africano (ANC), que luchan contra el poder racista de Pretoria. Botsuana y Lesoto, junto a Suazilandia, dependen económicamente de Suráfrica. El 50% de la mano de obra de Lesoto trabaja en las minas de oro y carbón del país gobernado por los blancos. Cuando Suráfrica ha considerado que aquel país había dado asilo a personas relacionadas con el ANC -como sucedió en 1986- ha cerrado las fronteras e incluso ha intervenido, propiciando golpes de Estado que han supuesto cambios de régimen en Maseru, la capital.

Lesoto y Suazilandia son dos monarquías. De esta última es rey Msuati III, aunque el poder está en manos de las fuerzas armadas y bajo una gran influencia del régimen de Pretoria. La visita de Juan Pablo II a las fronteras del apartheid concluirá en Mozambique, donde en la actualidad se registra una mejora de las relaciones entre el Gobierno marxista de Joachim Chissano y la Iglesia católica, relaciones no completamente normalizadas.

La situación de guerra que se vive en Mozambique ha provocado que los países vecinos acojan a gran número de refugiados que huyen de los ataques del Renamo, grupo respaldado por Suráfrica, que siembra, según testimonios de misioneros, el terror por el terror en el país.

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