Cartas al director

Laísmo

Leo en su diario, con fecha 17 de este mes, las críticas recibidas por una frase: "por estropearla el pelo", recogidas en la sección del Ombudsman, y le agradecería que publicara estas líneas sobre la cuestión del laísmo. Me parece insoportable que señores y señoras que se "jartan" de hablar como se habla en su tierra, que me parece muy bien todo lo que se "jartan", nos vengan a decir cómo debemos hablar.A ustedes les parecerá que quien escribió "estropearla el pelo" cometió un error estúpido; a mí, en cambio, me dice que esa persona es paisana mía y que lo que escribió bien está, puest...

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Leo en su diario, con fecha 17 de este mes, las críticas recibidas por una frase: "por estropearla el pelo", recogidas en la sección del Ombudsman, y le agradecería que publicara estas líneas sobre la cuestión del laísmo. Me parece insoportable que señores y señoras que se "jartan" de hablar como se habla en su tierra, que me parece muy bien todo lo que se "jartan", nos vengan a decir cómo debemos hablar.A ustedes les parecerá que quien escribió "estropearla el pelo" cometió un error estúpido; a mí, en cambio, me dice que esa persona es paisana mía y que lo que escribió bien está, puesto que si hubiera puesto "estropearle el pelo" hubiera pensado que Jennifer Leight (a quien no tengo el gusto de conocer ni por el nombre) es un hombre. El laísmo es una peculiaridad del lenguaje castellano que afecta a la sintaxis de los que hablan; mientras otras, como el ceceísmo o el seseísmo, afectan a la fonología. No se puede abandonar con la misma facilidad el laísmo que el ceceísmo puesto que aquél afecta a la propia estructura del lenguaje, y, como demuestra el ejemplo, sirve para distinguir si estamos hablando de un hombre o de una mujer.

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Sin embargo, no es de extrañar las críticas de estos señores de Andalucía, ya que tenemos una Real Academia empeñada en darles la razón, condenando el uso lingüístico, o el error lingüístico dirían ellos, que cometen millones de personas; mas, peor para ella, porque está condenando una riqueza del idioma castellano (su variedad de usos que definen la procedencia de las personas: castellanos, andaluces, extremeños, murcianos, aragoneses) contra lo cual no va a poder hacer nada (en todo caso, acomplejar a los que piensan que hablan mal). En cambio, esta misma Real Academia no nos propone alternativas a los neologismos y acabamos todos por hacer un nudo en la lengua para poder pronunciar con un mínimo de credibilidad los anglicismos de uso cotidiano en el lenguaje castellano: software, hardware, zapping, stop, parking, ombudsman, para qué seguir.- Angela Herrero Vicario. .

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