España y Estados Unidos, sin acuerdo sobre el convenio

España y Estados Unidos suspendieron ayer las negociaciones en torno al nuevo convenio de amistad y cooperación sin "haber avanzado un milímetro" para acabar con sus desacuerdos, dijeron fuentes diplomáticas españolas. Las conversaciones, que se reanudarán en septiembre, se intensificaron en los últimos días, con participación incluso del ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez; pero las discrepancias en torno al tema fundamental de hacer constar en el texto el deseo español de no introducir armas nucleares, así como sobre otras cuestiones de detalle, se mantienen.Fuentes del Minis...

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España y Estados Unidos suspendieron ayer las negociaciones en torno al nuevo convenio de amistad y cooperación sin "haber avanzado un milímetro" para acabar con sus desacuerdos, dijeron fuentes diplomáticas españolas. Las conversaciones, que se reanudarán en septiembre, se intensificaron en los últimos días, con participación incluso del ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez; pero las discrepancias en torno al tema fundamental de hacer constar en el texto el deseo español de no introducir armas nucleares, así como sobre otras cuestiones de detalle, se mantienen.Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores negaron ayer que España haya "rebajado" sus posiciones renunciando a recoger en el texto del nuevo convenio la prohibición de introducir, almacenar o instalar armas nucleares en territorio español. Un portavoz de la Oficina de Información Diplomática negó que el concepto prohibición hubiese sido manejado en ningún momento de las negociaciones: "Lo que Estados Unidos no acepta es, simplemente, que el texto del nuevo convenio hable de no introducción de armas nucleares", dijeron estas fuentes.

El texto propuesto por España en el nuevo convenio es el siguiente: "La instalación, almacenamiento o introducción de armas nucleares o no convencionales quedan supeditados al acuerdo del Gobierno español. En cuanto a las autorizaciones reguladas en el convenio, éstas se otorgarán por ambos gobiernos sin exigir que en las solicitudes figure información sobre el tipo de armas a bordo de los buques".

'Introducción'

Tanto la palabra introducción como todo el segundo párrafo, que supone la renuncia al derecho de inspección de buques que atracan en puertos españoles, resultan una novedad con respecto al convenio de 1982, que caducó el pasado 14 de mayo. Según fuentes negociadoras españolas, jamás se manejó otra redacción más dura que la citada, que, por ejemplo, hablase de prohibición o que recogiese literalmente los postulados que sobre este punto contenía la pregunta del referéndum sobre la OTAN de 1986.

"Se entiende, de acuerdo con la actuación que ha venido siguiendo el Gobierno, que éste no permitirá ni la introducción ni el almacenamiento o instalación de armas nucleares en España", dijeron estos medios, que trataban de salir al paso de las versiones que hablan de una dulcificación de la posición española ante las dificultades por las que pasa las negociaciones con Washington estancadas desde hace más de dos meses.

En cualquier caso, Estados Unidos sigue sin aceptar el término introducción, por más que vaya acompañado de la renuncia a inspeccionar la carga de los buques, y el Gobierno español comienza a temer que la negociación se prolongue hasta la llegada de la nueva Administración americana. Pese a ello, Felipe González dijo ayer, preguntado al respecto, que "las aproximaciones entre las dos partes son importantes" y manifestó su esperanza en que el nuevo convenio quede acordado en septiembre, de manera que pueda entrar en vigor antes del año próximo, tras el preceptivo paso por las Cortes. A Finales de septiembre, Fernández Ordóñez se entrevistará bilateralmente con el secretario de Estado norteamericano, Georges Shultz, en Nueva York, donde ambos asistirán a las sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas.

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Aunque ambas partes negociadoras muestran un notable hermetismo, se sabe que al margen del término introducción, verdadero desacuerdo de fondo en las conversaciones, existen otros dos "temas puntuales" que suscitan discrepancias: la jurisdicción que debe actuar en caso de comisión de delitos por un americano residente en las bases, y la determinación de a quién corresponderá la realización de nuevas construcciones u obras en las bases. España, por su parte, ha transigido ya en cuesiones, también consideradas "menores", como la exención de impuestos a los trabajadores americanos, aunque exigiendo reciprocidad en el trato que se dé a los pocos militares españoles que se encuentran en Estados Unidos.

Aunque las conversaciones entre las dos delegaciones se intensificaron en los últimos días, la negociación quedó ayer suspendida hasta septiembre, sin que, contra lo que los propios medios diplomáticos españoles dijeron en su día, esté previsto trabajar durante el mes de agosto.

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