La demanda de las industrias dispara los precios de la leche

Durante los últimos meses se ha originado un aumento en los precios de la leche percibidos por los ganaderos de las principales zonas productoras del país. Esta situación de precios al alza choca con las previsiones más negativas que se hacían en el sector hace unos meses y rompe también los esquemas catastrofistas que pusieron sobre la mesa las propias industrias cuando se negoció el acuerdo interprofesional. Las razones de esta espectacular subida responderían a un aumento de la demanda, así como a la imposibilidad de importar por los precios altos que hay en otros países y el incremento de ...

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Durante los últimos meses se ha originado un aumento en los precios de la leche percibidos por los ganaderos de las principales zonas productoras del país. Esta situación de precios al alza choca con las previsiones más negativas que se hacían en el sector hace unos meses y rompe también los esquemas catastrofistas que pusieron sobre la mesa las propias industrias cuando se negoció el acuerdo interprofesional. Las razones de esta espectacular subida responderían a un aumento de la demanda, así como a la imposibilidad de importar por los precios altos que hay en otros países y el incremento de nuestras exportaciones. También ha tenido importancia la guerra de rutas entre algunas empresas que se ha notado en algunas zonas para hacerse con los contratos de los ganaderos, cuyas cuotas siguen todavía sin el control teórico impuesto por la Comunidad.Tradicionalmente, los precios de la leche de vaca han experimentado descensos importantes en estas fechas del año, coincidiendo con la temporada alta de producción, y más en un año como éste, cuando los pastos han sido excelentes. En previsión de esos problemas, la Administración forzó a las industrias a suscribir un compromiso de precios mínimos con las organizaciones agrarias el pasado mes de marzo. Se trataba de asegurar unos ingresos a los productores. Tras largas negociaciones y la postura opuesta de las principales industrias, al final se llegó a un acuerdo por el que los empresarios del sector se comprometían a pagar 33,60 pesetas en la temporada alta, el verano, y 38,90 pesetas el resto del año.

Estos precios fueron calificados como muy altos por los industriales, que advirtieron de las dificultades para su cumplimiento.

Según los datos de los últimos meses, la realidad ha sido todo lo contrario. Los precios de la leche han iniciado una escalada para situarse muy por encima de los mínimos negociados y llegar a las 40 pesetas. Existe además una guerra en algunos puntos entre empresas para hacerse con los suministros o los contratos, lo que supone pagar cifras hasta las 44 pesetas.

Según fuentes del sector, en esta situación han influido varios factores. En primer lugar, una mayor demanda de leche. Ha crecido el consumo de productos lácteos, y ello ha provocado una lucha para hacerse con la materia prima. La oferta está por debajo de la demanda. Y aunque las estadísticas oficiales reflejan un descenso en la producción, en medios agrarios la impresión es diferente. Cuotas aparte, nadie oculta que en estos meses muchos ganaderos, lejos de reducir sus ventas las han aumentado, a pesar de lo cual el mercado sigue muy fuerte. Ello induce a pensar en medios cercanos también a la Administración que los excedentes de leche para el consumo humano no son ya lo que eran antes.

En la subida de los precios en España también ha incidido la existencia de unas exportaciones de leche en polvo importantes hacia países con tanta tradición en este sector como Francia, Holanda o el Reino Unido.

Precios internacionales

Finalmente cabría destacar los precios altos que sé pagan por la leche de importación, al situarse en frontera a 52 pesetas. Ello hace que las industrias se peleen por la leche nacional, a la vez que se pone en evidencia su competitividad en relación con los grandes países productores de la Europa verde. En medios de la Administración comunitaria parece que existe un clima favorable a no aplicar con tanta dureza la política de cuotas, al existir también falta de leche en algunas zonas para el consumo. Por el contrario, los gastos en el destino de leche a otros usos industriales o para alimentación animal siguen siendo muy altos y elevadas las cantidades que se acogen a estos programas.

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