LA PAZ SE ASOMA AL GOLFO

Sonrisa y enigma de la república islámica

RAFAEL FRAGUASEl hombre que centra toda la atención en Irán es hoy Alí Akbar Hachemi Rafsanyani, de 57 años, presidente del Parlamento teheraní desde 1980 y general en jefe de las fuerzas armadas iraníes desde el pasado 2 de junio.

Ejemplifica en su persona las luces y sombras del régimen islámico de Teherán. Al tiempo que es el más público de los hombres del régimen también es el más enigmático. Nombrado por Jomeini jefe máximo para la guerra, ha sido el verdadero artífice del paso iraní hacia la paz, la aceptación de la resolución 598 del Consejo de Seguridad.

Hijo de un próspe...

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RAFAEL FRAGUASEl hombre que centra toda la atención en Irán es hoy Alí Akbar Hachemi Rafsanyani, de 57 años, presidente del Parlamento teheraní desde 1980 y general en jefe de las fuerzas armadas iraníes desde el pasado 2 de junio.

Ejemplifica en su persona las luces y sombras del régimen islámico de Teherán. Al tiempo que es el más público de los hombres del régimen también es el más enigmático. Nombrado por Jomeini jefe máximo para la guerra, ha sido el verdadero artífice del paso iraní hacia la paz, la aceptación de la resolución 598 del Consejo de Seguridad.

Hijo de un próspero comerciante en pistachos de Rafsanjan, en el centro de Irán, Alí Akbar Rafsanyani cuenta con una personalidad aparentemente extrovertida y con un salaz sentido del humor. Ello contrasta con su dominio del ketman, la técnica de ocultación por excelencia de la cultura persa, que esconde sibilinamente las intenciones sin que éstas afloren al exterior. Tal vez por esta razón ha denostado en público más que nadie a Estados Unidos, mientras fue de hecho el muñidor de las conversaciones sobre suministros de armas estadounidenses a Irán, operación conocida como Irangate.

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Adquirió su conciencia político-religiosa en varias Escuelas Teológicas, donde alcanzó el rango de hoyatoleslam. Con el triunfo de la revolución, fue designado líder adjunto de la plegaria de la Universidad de Teherán. Cada viernes dirige el rezo y la homilía ante millares de fieles a quienes es capaz de arrancar carcajadas bajo bombardeos de misiles iraquíes, o lágrimas profundas de arrepentimiento en una mañana alegre de primavera.

En la jerarquía chií tiene por encima centenares de dignatarios islámicos con más estudios que él mismo, muchos de ellos ayatolás, pero posee el poder de todos ellos juntos porque pertenece a la misma escuela doctrinal que el propio imán Jomeini.

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Las escuelas doctrinales son en Irán cantera ideológica y vivero político de cuadros, que cuentan con una teoría propia del conocimiento político-religioso, con su líder al frente y su organización singularizada, fondos propios y parcelas de poder. La adscripción de la grey es libre. La escuela de Jomeini es conocida como pluralista. Esta escuela doctrinal pone en un plano de igualdad las enseñanzas religiosas derivadas de la tradición islámica, de la lógica, del Corán y de la reflexión, sin primar unas sobre otras. Por ello su arraigo social es tan extenso y Rafsanyani es el hombre con mayor poder hoy en Teherán. Empero, su busqueda de un acomodo con Estados Unidos le ha restado credibilidad entre los jóvenes combatientes islámicos, cuya desmoralización ha sido clave para el desfondamiento militar en los frentes con Irak.

Barbilampiño, con voz aguda, apodado Kusé (tiburón), nadie cree que haya sido el artífice de la paz sin guardar en la bocamanga alguna contrapartida importante: para muchos, esta contrapartida sería la garantía internacional que califique a Saddam Hussein de agresor. Para otros, Rafsanyani ha obtenido la promesa de lograr que la cabeza de Saddam Hussein ruede pronto.

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