Crítica:'ROCK'

Sigue en plena forma

Nada parece poder con él. Una vida no muy ortodoxa -más bien nada ortodoxa- y fantasmagóricas apariciones-desapariciones del mundo musical no han sido suficientes para que a Kevin Ayers se le olvide hacer música.Desde que un buen día formara, como miembro fundador, en Soft Machine, Ayers ha dejado tras de sí toda una serie de leyendas en las que el verbo pasar ha estado siempre presente. Ha pasado de todo menos de la vida licenciosa y relajada en Deiá (Mallorca), donde reside desde hace muchos años rodeado de unoscuantos amigos tan amantes del vivo a mi aire como él. Incluso, ahora hablaba de ...

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Nada parece poder con él. Una vida no muy ortodoxa -más bien nada ortodoxa- y fantasmagóricas apariciones-desapariciones del mundo musical no han sido suficientes para que a Kevin Ayers se le olvide hacer música.Desde que un buen día formara, como miembro fundador, en Soft Machine, Ayers ha dejado tras de sí toda una serie de leyendas en las que el verbo pasar ha estado siempre presente. Ha pasado de todo menos de la vida licenciosa y relajada en Deiá (Mallorca), donde reside desde hace muchos años rodeado de unoscuantos amigos tan amantes del vivo a mi aire como él. Incluso, ahora hablaba de trasladarse a la tunecina isla de Yerba porque Mallorca ya no es el paraíso de paz que era.

Kevin Ayers Band

Kevin Ayers (voz y guitarra), Ollie Hallsall (guitarra), Marcelo Fuentes (bajo), Ñete (batería), Esther(percusión), Marylin y Marijose (coros). Madrid, 30 de junio. Sala Universal. Duración: 120 minutos.

Junto a Ayers se encuentra -es su sosias mental y laboral Offle Hallsall, un guitarrista de lujo que produjo al primer Ramoncín y que no tiene rival en esto de rasgar las cuerdas. El hippismo que destila su imagen es el complemento ideal para, apenas oído durante cinco minutos, retroceder en el tiempo. Ollie toca de: todo. Hace ritmo, puntea con precisión y le da igual hacer blues blanco que seudopsicodelia o puro rock. Y todo lo dicho para Uno vale para el otro.

El alcohol -¿tal vez champaña & valium?- no ha podido con esta leyenda. Ayers tocó casi dos horas sin perder ritmo, y para eso hay que estar en plena forma.

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