El primer paciente trasplantado de hipófisis se encuentra fuera de peligro

Matías Robles Marchante, un paciente a punto de perder la visión a causa de un tumor en la hipófisis, ha abandonado la unidad de vigilancia intensiva (UVI) de la residencia sanitaria La Paz de Madrid y se encuentra fuera de peligro. El paciente, de 53 años, es la primera persona en España que se ha sometido a una operación de autotrasplante con tejido de parótida en la hipófisis. La intervención fue realizada el pasado día 24 por un equipo médico bajo la dirección del neurocirujano Marcelino Pérez Álvarez.

La hipófisis, órgano cerebral de medio gramo de peso, es la responsable de la sec...

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Matías Robles Marchante, un paciente a punto de perder la visión a causa de un tumor en la hipófisis, ha abandonado la unidad de vigilancia intensiva (UVI) de la residencia sanitaria La Paz de Madrid y se encuentra fuera de peligro. El paciente, de 53 años, es la primera persona en España que se ha sometido a una operación de autotrasplante con tejido de parótida en la hipófisis. La intervención fue realizada el pasado día 24 por un equipo médico bajo la dirección del neurocirujano Marcelino Pérez Álvarez.

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La hipófisis, órgano cerebral de medio gramo de peso, es la responsable de la secreción de varias hormonas del organismo. Matías Robles sufría de un tumor en la hipófisis que le comprimía un tramo de los nervios responsables de la visión y, por lo tanto, tenía posibilidades de quedarse ciego, según informó a este periódico Marcelino Pérez Álvarez, jefe del equipo que operó al paciente y jefe clínico del servicio de neurocirugía de la ciudad sanitaria La Paz.La parótida, una de las glándulas salivares, tiene un tejido de características similares al de la hipófisis, según indicó la misma fuente. El tejido de parótida implantado en el cerebro adquiere funciones propias de la hipófisis, "y constituye una esperanza de ahorrarle el tratamiento farmacológico a los pacientes enfermos de panhipopituitarismo (deficiencia de la función de la hipófisis)", precisó el cirujano responsable de la operación.

El paciente sufría de un tumor denominado craneofaringioma, que comprimía el quiasma óptico, una estructura que canaliza el sistema de transmisión óptica que permite la visión. Fuentes médicas manifestaron que, en caso de fracasar la intervención, y que el tejido de parótida implantado no funcionase, no ocurriría nada y no sería perjudicial para el paciente. "El enfermo tendría que seguir necesitando el aporte hormonal necesario", afirmó el doctor Arpa, director médico de la ciudad sanitaria La Paz.

En humanos

"No tengo constancia de que esta técnica se haya realizado antes en humanos", declaró Pérez Álvarez, quien manifestó que la experiencia es consecuencia de los trabajos realizados por el doctor Álvarez Bulla, fisiólogo español que trabajó en México.Fuentes médicas de La Paz consideraron "precipitada" tanto la operación como la comunicación de sus resultados. Al parecer, no hay experiencia previa en seres humanos, aunque estudios experimentales han tenido resultados alentadores. El doctor Arpa explicó que había tenido conocimiento de la operación el día antes.

Otras fuentes consultadas por este periódico indicaron que "existe en el tema de implantes y trasplantes un sensacionalismo volcado hacia la opinión pública, que debería ser posterior a la publicación de los resultados científicos, convenientemente valorados en una revista especializada". Las mismas fuentes indicaron que los protocolos de investigación experimental en animales y acciones como esa publicación son las únicas garantías para la comunidad científica internacional.

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