La revisión del precio de la electricidad condicionara la competencia de la siderurgia española

La revisión de las tarifas eléctricas aprobada por el Gobierno durante el pasado mes de febrero ha repercutido en el sector siderúrgico en un arco estimado entre el 5% y el 6%, según las tensiones empleadas, tal y como se desprende de un estudio técnico elaborado a petición de las empresas del sector. El impacto de la factura eléctrica en los costes de la siderurgia española, contrario a la política de reducción practicada en otros países de la CE, se convertirá en el condicionante clave en la capacidad de competencia de la industria española ante la apertura del mercado comunitario, de acuerd...

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La revisión de las tarifas eléctricas aprobada por el Gobierno durante el pasado mes de febrero ha repercutido en el sector siderúrgico en un arco estimado entre el 5% y el 6%, según las tensiones empleadas, tal y como se desprende de un estudio técnico elaborado a petición de las empresas del sector. El impacto de la factura eléctrica en los costes de la siderurgia española, contrario a la política de reducción practicada en otros países de la CE, se convertirá en el condicionante clave en la capacidad de competencia de la industria española ante la apertura del mercado comunitario, de acuerdo con valoraciones de fuentes del sector.

Según las estimaciones contenidas en el citado informe, el coste de la energía eléctrica con las actuales tarifas ofrece considerables variables, dependiendo de la potencia y la tensión contratadas. De la compaparación España-Francia, la más desfavorable para la industria nacional, se desprende que el coste de la energía eléctrica para la siderurgia integral española (11,23 pesetas por kilovatio) es un 117% más caro que el disponible en el país vecino; de 5,16 pesetas/Kv, en las tensiones más bajas.La diferencia es mayor con una tensión media (120% más cara) y aún más notable para la tensión de 220 en la que el gap a favor de Francia alcanza el 130%. Los desequilibrios, siempre favorables a la siderurgia francesa, son menores a medida que crece la potencia contratada, oscilando entre el 74% y el 79%, según los datos puntuales contenidos en el informe.

Los cálculos de partida del estudio se basan en las tarifas vigentes en ambos países y partiendo de un tipo de cambio de 19,95 pesetas para el franco francés. El Ministerio de Industria pactó en su día la aplicación de una serie de condiciones especiales para amortiguar el impacto de la subida de tarifas elécricas en el consumo de las empresas siderúrgicas no integrales (las que producen acero a partir de hornos eléctricos).

Entre ellas figura la posibilidad de desconectar los condensadores en las horas de menor consumo, así como la reciente propuesta de proceder a una nueva "discriminación estacional", aún no cuantificada, en los costes de la energía para estas industrias.

Precios bajos

Con ello, algunas instalaciones siderúrgicas de horno eléctrico pueden tener acceso a precios de la energía muy bajos, aunque para ello, tendrán que trabajar fundamentalmente en las horas de menor consumo eléctrico y los sábados y domingos.No obstante, y según la valoración contenida en el estudio, estas ventajas desaparecerán a medida que se vaya avanzando en el proceso de reestructuración y ajuste de capacidades en este sector indusrial, toda vez que las instalaciones habrán de utilizarse a plena capacidad.

El estudio apunta a que el coste real de la energía para las siderúrgicas de horno eléctrico -no integrales- puede multiplicarse por tres.

Por otra parte, la imposibilidad de la siderurgia integral para acogerse a este status especial hace que el precio resultante de la energía se haya incrementado en el mencionado arco del 5%-6%, muy por encima del estimado en otros países de la Comunidad Europea.

Las conclusiones del informe apuntan a la "absoluta necesidad de que el mercado único exista también desde el punto de vista de los costes de los distintos factores que intervienen en la producción".

España ocupa la quinta plaza en la producción comunitaria de acero, con un total de 11,8 millones de toneladas, por detrás de la República Federal de Alemania (36,3 millones), Italia (22,8 millones), Francia y el Reino Unido, con una producción equiparable, situados en tomo a los 17,5 millones de toneladas cada uno.El consumo español de acero se incrementó en un 8% durante el año pasado, alcanzando con ese alza un crecimiento acumulado del 37% en el bienio 1986-1987. Este elevado índice de aumento se ha visto, por otro lado, compensado por un incremento paralelo en las importaciones procedentes de países comunitarios, del 171% a lo largo de 1986-1987.

A lo largo del bienio, la balanza de pagos de la siderurgia española ha recortado sustancialmente su tradicional superávit, pasando de 282.000 millones en 1985 a 67.085 millones al cierre del año pasado. La siderurgia integral española, estructurada en tomo a la privada Altos Hornos de Vizcaya (AHV) y a la Empresa Nacional Siderúrgica (Ensidesa), dependiente del Instituto Nacional de Industria, ha puesto en marcha desde 1982 un proceso de saneamiento y reestructuración industrial que la ha llevado a una profunda dependencia de la Administración.

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