Cartas al director

Paciente

Me dirijo a usted con la esperanza de que esta carta sea publicada y con la seguridad de que miles de enfermos como yo se encuentran todos los días en situaciones parecidas.Después de dos largos meses de baja, en los que pacientemente mi columna ha soportado las listas de espera de nuestros hospitales madrileños; después de volantes, sellos, urgencias, pasillos, enfermeras con malos modos, etcétera, hoy dudo entre rellenar un impreso de protesta, presentar una queja que nadie leerá o escribir esta carta.

El día 12 de abril llegué al hospital Ramón y Cajal, donde hace tiempo fui operado,...

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Me dirijo a usted con la esperanza de que esta carta sea publicada y con la seguridad de que miles de enfermos como yo se encuentran todos los días en situaciones parecidas.Después de dos largos meses de baja, en los que pacientemente mi columna ha soportado las listas de espera de nuestros hospitales madrileños; después de volantes, sellos, urgencias, pasillos, enfermeras con malos modos, etcétera, hoy dudo entre rellenar un impreso de protesta, presentar una queja que nadie leerá o escribir esta carta.

El día 12 de abril llegué al hospital Ramón y Cajal, donde hace tiempo fui operado, con mi correspondiente volante para neurocirugía, en donde se especificaba muy urgente; tras horas de espera, el doctor correspondiente se niega a atenderme porque " ... yo no atiendo a un paciente de esas características". Atónitos, mi mujer y yo pedimos explicaciones por algo que nos parecía increíble. Por toda respuesta nos dicen que vayamos a trauma-

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tología, sitio éste de donde ya veníamos; de allí, a la oficina de atención al paciente; de ésta, a la secretaría de dirección; de allí, a urgencias; de urgencias, a neurocirugia nuevamente. Mis nervios y los de mi mujer, desquiciados; las dos de la tarde y yo sin haber sido atendido, dando vueltas desde las diez de la mañana y con la negativa de un médico que rotundamente no quiere cumplir sus obligaciones, porque todo lo llevábamos en regla y nadie nos explicó por qué no se nos quería atender. ¿Puede un albañil negarse a poner un ladrillo porque no le gusta su color? ¿Puede un médico negarse a atender a un paciente sin que pase absolutamente nada? ¿Puede un paciente ser tratado como una herramienta de trabajo, como un objeto, al que no se le debe ninguna explicación? ¿Puede un paciente protestar con la mínima esperanza de ser escuchado sin que se le diga que contra los médicos no se puede hacer nada, que tienen mucho poder? ¿Hasta cuándo?.-

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