Crítica:

Cuartetos y polifonía contemporáneos

Coro de la Comunidad de Madrid

Director: M. Groba. Obras de Prieto, Fernández Álvez y música española de los siglos XV y XVI. Teatro Albéniz, 8 de mayo.



Cuarteto Arditi de Londres



Obras de Martinu, Halffter, Carter, Ligeti, Mira, Ferneyhough, Marco y Bartok. Círculo de Bellas Artes, 8 y 9 de mayo.

Obras corales de Claudio Prieto y Gabriel Fernández Álvez y cuartetos de Cristóbal Halffter, Rafael Mirá y Tomás Marco sonaron los días 8 y 9 en el teatro Albéniz y en el Círculo de Bellas Artes. Un Ave María hondamente sentida y compue...

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Coro de la Comunidad de Madrid

Director: M. Groba. Obras de Prieto, Fernández Álvez y música española de los siglos XV y XVI. Teatro Albéniz, 8 de mayo.

Cuarteto Arditi de Londres

Obras de Martinu, Halffter, Carter, Ligeti, Mira, Ferneyhough, Marco y Bartok. Círculo de Bellas Artes, 8 y 9 de mayo.

Obras corales de Claudio Prieto y Gabriel Fernández Álvez y cuartetos de Cristóbal Halffter, Rafael Mirá y Tomás Marco sonaron los días 8 y 9 en el teatro Albéniz y en el Círculo de Bellas Artes. Un Ave María hondamente sentida y compuesta en memoria del periodista Guillermo Hernández Martos reveló a quienes lo ignoraran el talento y la capacidad expresiva del músico madrileño.Se trata de páginas que como las del tríptico Española, de Claudio Prieto, prolongan nuestra mejor tradición polifónica. Temas procedentes de tierras de Carrión, una serranilla de Santillana y Decir de un enamorado comunicaron directamente con el público por la sencilla nobleza del material, la natural conducción de las voces, la solera popular y hasta ciertos recursos nuevamente empleados, como el canto silbado del final. El Coro de la Comunidad de Madrid, que dirige Miguel Groba, cantó todas las obras con excelente refinamiento. Es un grupo de 32 voces bien trabajadas y empastadas: un verdadero conjunto de madrigalistas.

400 cuartetos

A ese número asciende el repertorio del cuarteto Arditi, de Londres, fundado en 1934: un instrumento de cámara perfecto que forman profesionales de altísimo nivel como son los violinistas Irvine Arditi y David Alberman, el viola Levine Andrade y el violonchelo Rohan de Saram. En dos sesiones, el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea ha programado autores raramente escuchados entre nosotros. Así, el norteamericano Elliot Carter (Nueva York, 1908) o el británico Brian Farneyhough (Coventry, 1943), nombres habituales en el repertorio mundial y no sólo en festivales especializados.

El pensamiento y realización sustancialmente virtuosística y deliberadamente estructural de la obra de Carter presenta un estilo flexible muy personal en el que las partes no deben ceder su individualidad al todo. Como tantas otras de su autor, la obra escuchada ahora y escrita hace dos años resulta perfecta, interesante y distanciada. Alguna de estas condiciones, entendidas de otra manera, podrían definir el tercer cuarteto de Farneyhough. Técnicamente, este compositor aparece como un dominador apabullante de la escritura, un mágico articulador de microformas dentro de un cuadro coherente, azogado, inquietante y en continua fluctuación.

De Rafael Mira puede hablarse como de un inquieto y multiforme creador. Su obra le sitúa entre los nombres protagonistas de la última generación en su país. La formación plural y la asimilación original de Rafael Mira en su cuarteto Caramelos para Zoe asume un repertorio muy amplio de la expresión contemporánea que nos da transfigurado y puesto al servicio de sus intenciones particulares a través de una escritura minuciosa, perfeccionista y con gran capacidad de condensación. El autor de Ara, para orquesta, de 1981, que escuchamos en el Festival de Alicante, ha recorrido en poco tiempo un largo camino. Interesa constatar, sin embargo, que desde entonces su personalidad muestra perfiles firmemente acusados, y su técnica, un pulso tempranamente seguro.

Nos reencontramos con dos cuartetos conocidos: Espejo desierto, de Tomás Marco, estrenado el año pasado por el cuarteto Arcana, y Cuarteto número tres, de Cristóbal Halffter. Obras claves en la producción de ambos autores por lo definido de su pensamiento evolutivo en el caso de Marco, y por resumir y culminar una cierta manera de pensar la música, secretamente ligada en este caso a la escultura de Chillida, en el caso de Halffter. En dos palabras pueden resumirse las líneas generales de todo lo nuevo o casi nuevo escuchado en estas jornadas: sincronía e independencia. Características más evidentes gracias a las versiones absolutamente ejemplares del conjunto británico, que supo dar a los cuartetos citados la mayor veracidad en una sucesión de identificaciones entre intérpretes y autores que se produce muy raras veces. El CDMC ha aprovechado al presencia del cuarteto Arditi para grabar un disco que será testimonio del pulso y la valía de la actual música de cámara española.

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