EL INTERROGANTE DE LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA / 1

La economía mantiene su ritmo de expansión

El aumento del PNB en el primer trimestre se basa en el mayor consumo e inversión

, La economía norteamericana creció un 2,3% en el primer trimestre de 1988, y aunque el ritmo de aumento del producto fue inferior a la mitad del registrado en el último trimestre de 1987, el crecimiento ha confirmado la inexistencia de una clara tendencia recesiva como consecuencia del crash bursátil del mes de octubre. Los datos facilitados la semana pasada por el Departamento de Comercio responsabilizan al aumento del consumo privado (3%) y al fuerte repunte de la inversión productiva (32,5%) la subida registrada en el producto nacional bruto (PNB), lo que confirmaría que la expansión norte...

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, La economía norteamericana creció un 2,3% en el primer trimestre de 1988, y aunque el ritmo de aumento del producto fue inferior a la mitad del registrado en el último trimestre de 1987, el crecimiento ha confirmado la inexistencia de una clara tendencia recesiva como consecuencia del crash bursátil del mes de octubre. Los datos facilitados la semana pasada por el Departamento de Comercio responsabilizan al aumento del consumo privado (3%) y al fuerte repunte de la inversión productiva (32,5%) la subida registrada en el producto nacional bruto (PNB), lo que confirmaría que la expansión norteamericana continúa su ritmo ascedente como el pasado año, aunque más moderadamente, y sigue fundamentándose en el incremento de la demanda final, con más énfasis en la inversión empresarial.

Beryl W. Sprinkel, presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, calificó de "muy positivos" los datos facilitidos por dos razones. En primer lugar, los temores recesionistas se disipan porque la economía sigue creciendo. En segundo lugar, el aumento del PNB es más moderado que en el último trimestre del año, lo que aleja el peligro de un rebrote inflacionista. Los precios crecieron a un ritmo anual del 3,7% en el primer trimestre, frente al 3,6% de los últimos tres meses del año anterior. Es decir, apenas existe variación en el nivel de inflación.Más que el aumento del consumo final, que descendió un 2% en el último trimestre de 1987 en una de las admitidas consecuencias del crash bursátil, lo que denota que algunos de los problemas inmediatos de la economía norteamericana se están reorientando -al menos coyunturalmente- es el mantenimiento de la inversión. Según interpretan funcionarios norteamericanos, el aumento de la inversión, que se concentra basicamente en las industrias de tecnología punta, demuestra que muchos sectores necesitan invertir porque están aproximándose a un punto próximo al máximo de su capacidad de producción.

Los economistas oficiales admiten que esto es rigurosamente cierto en tres sectores industriales importantes -papel, textiles y siderúrgico-, en los que se reconoce la necesidad de invertir para aumentar la capacidad de producción. Pero, al tiempo, añaden que la parte importante de inversión va dirigida, a su vez, hacia el sector exportador, que, con un dólar más bajo, está notando una fuerte demanda de sus productos. Tal es el caso de la industria de los ordenadores. En el resto, el índice de utilización industrial es del orden del 82%.

Mejora comercial

Los datos del sector exportador incluidos en el PNB norteamericano confirman -a juicio de los economistas oficiales- esta tendencia y demuestran además que existe una clara mejoría del déficit comercial. Así, las exportaciones registraron un saldo de aumento neto positivo de 3.600 millones de dólares en el primer trimestre, una vez ajustadas estacionalmente las cifras. Este saldo es tres veces superior al registrado en el último trimestre del año, cuando apenas fue de 1.000 millones.

Otros expertos, siniembargo, ven una amenaza en el descenso de los inventarios en este primer trimestre, que cayeron a un ritmo de 15.900 millones de dólares, frente a un aumento de 10.200 millones en el último período de 1987. Mientras que la caída de los inventarios puede denotar un mayor consumo inmediato y una mayor actividad futura, también suponen una amenaza en el frente exterior. Si los inventarios se reponen con importaciones, el déficit comercial empeoraría. Y esto supondría un fuerte golpe en el declarado ojetivo de corregir estructuralmente este déficit.

En cuanto a la inflación, una de las preocupaciones centrales del Sistema Federal de la Reserva (FED), la opinión oficial de Washington es que no hay peligro, de momento. La proximidad al pleno empleo, o al máximo de utilización de la capacidad industrial, es cierta en sólo tres sectores, pero la medida es del orden del 82,5%. Los economistas oficiales estiman que existe un margen de unos nueve puntos todavía en la utilización industrial antes de lanzar las campanas al vuelo con la inflación. Antes de alcanzar ese punto crítico es muy posible, añaden, que se haya incrementado la capacidad de aquellos sectores que, como el exportador, necesitan producir más para atender la demanda.

El problema, en cualquier caso, es convencer al FED de que las cosas son así. Hasta la fecha, el Sistema Federal de la Reserva no ha dado pasos concretos para restringir la oferta monetaria, aunque si es cierto que muchos de sus miembros han advertido, verbalmente, del riesgo inflacionista.

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