Crítica:MÚSICA CLÁSICA

'Scherezade' vista desde Shanghai

Si la semana pasada el Coro Nacional que dirige Tomás Cabrera nos deparé una buena versión de la Sinfonía de salmos, de Stravinski, la presente se centró en la presentación del director chino de la República Popular Muliai Tang y en la intervención del pianista soviético Dmitri Alexeev como protagonista del tercer concierto para piano de Prokofiev. Discípulo de Dmitro Baskirov en Moscú, Alexeev (Moscú, 1947) sigue una carrera bien apoyada en premios y triunfos europeos y americanos.Se trata de un intérprete capaz de someter -casi podría decirse que disimular- su potencia virtuosística a...

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Si la semana pasada el Coro Nacional que dirige Tomás Cabrera nos deparé una buena versión de la Sinfonía de salmos, de Stravinski, la presente se centró en la presentación del director chino de la República Popular Muliai Tang y en la intervención del pianista soviético Dmitri Alexeev como protagonista del tercer concierto para piano de Prokofiev. Discípulo de Dmitro Baskirov en Moscú, Alexeev (Moscú, 1947) sigue una carrera bien apoyada en premios y triunfos europeos y americanos.Se trata de un intérprete capaz de someter -casi podría decirse que disimular- su potencia virtuosística a lo que más importa: la calidad musical.

El tercer concierto de Prokofiev, estrenado en 1921, suele servir a los grandes virtuosos para avasallar al público con toda suerte de exhibiciones mecánicas, y, en esta ocasión, todo se ha desarrollado por otros cauces.

Orquesta Nacional de España

Solista: Dimtri Alexcey, piano. Obras de Cong-su, Prokofiev y Rimki-Korsakov. Teatro Real, 11, 12 y 13 de marzo.

Dmitri Alexeev ha sabido mostrar, de modo palmario, que en estos pentagramas dedicados al poeta Balmont (que Straviriski llevara a la canción y al sinfonismo coral en El rey de las estrellas) hay mucha más música de la que los supervirtuosos nos dejan adivinar. Evidenciar el contenido, la sustancia musical, como diría Manuel de Falla, fue el alto mérito de Dmitri Alexeev y, probablemente, la razón primera de su éxito.

El maestro Muhai Tang (nacido en Shangai, en 1949), actual titular- de la Orquesta Filarmónica Central de Pekín, formando en su propio país y en Múnich, es una personalidad sumamente atractiva.

Analizar

El mayor interés que despierta Muhai Tang es que para él, interpretar, es analizar y, en este sentido, la Scherezade de Rimski-Korsakov sirvió como una auténtica prueba. Con distinto sentido del tempo que el habitual (no quiero jugar con lo oriental y occidental porque considero que es un recurso, fácil y engañoso), Muliai Tang (diseccionó los cuentos musicales y supo iluminar con viveza todos aquellos matices colorísticos que contiene o sugiere la partitura a lo largo de su lineal narración.

Lo que valdría para una delicada página de Cong-Su, la Obertura, estrenada en Alemania hace cinco años, en la que se demuestra la diferencia que hay entre un orientalismo sentido y entre un orientalismo meramente asimilado.

El concierto que pudimos escuchar en el teatro Real estuvo repleto de sonoridades cambiantes y tornasoladas dentro de un tempo estático y contemplativo parten de una incitación literaria, el poema de Li-Bai (701-702) En el silencio nocturno, para llegar a resultados que son objetivamente musicales y refinadamente poéticos.

El director chino Muhai-Tang obtuvo el consenso aprobatorio del público materializado en largos y cálidos aplausos a lo largo de su interesante actuación, a la que respondió con flexible y notable buen hacer la Orquesta Nacional.

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