Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Los grandes virtuosos de Moscú

Dentro del Festival de Arte soviético ha comenzado en el Teatro Real un breve, pero importante, ciclo musical con la actuación en dos conciertos de Los Virtuosos de Moscú, que dirige Wladimir Spivakov. No cabía mejor iniciación, pues esta orquesta de, cámara prestigia, por sí sola, la actual escuela soviética de interpretación por la preparación técnico-estilistica de todos y cada uno de los instrumentistas.Entre otras muchas virtudes, estos músicos ejemplares, guiados por un pensamiento musical tan alto como el del violonista y cada día más refinado y maduro director Spivakov (Oufa, 1944)...

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Dentro del Festival de Arte soviético ha comenzado en el Teatro Real un breve, pero importante, ciclo musical con la actuación en dos conciertos de Los Virtuosos de Moscú, que dirige Wladimir Spivakov. No cabía mejor iniciación, pues esta orquesta de, cámara prestigia, por sí sola, la actual escuela soviética de interpretación por la preparación técnico-estilistica de todos y cada uno de los instrumentistas.Entre otras muchas virtudes, estos músicos ejemplares, guiados por un pensamiento musical tan alto como el del violonista y cada día más refinado y maduro director Spivakov (Oufa, 1944), poseen el don de la naturalidad. Quiero decir que la perfección parece en ellos cosa innata cuando, sin duda, es producto no sólo de unos dones sino también de una enseñanza capaz de hacer magnífica escuela.

Los Virtuosos de Moscú

Director: W. Spivakov. Solistas: Wladimir Spivakov, violín; M. Milman, Violonchelo; A. Utkin, oboe; A. Kluzewsky, fagot; E. Kissin, piano; V. Kan, trompeta, y A, Davtian, soprano. Obras de Haydn, Mozart, Shostakovich y Stravinsky. Festival de Arte Soviético. Teatro Real: Madrid, 9 y 10 de marzo.

Los Virtuosos de Moscú no siguen la tradición, crean tradición ellos mismos. Su Mozart, su Hadyn, su Shostakovich, su Stravinsky suenan a cosa nueva y sorprendente. El Concierto para piano, con trompeta obligada, de Shostakovich, escrito en 1933, lució todos sus valores tan característicos del tiempo: cierto aire neoclasicista, ironía efusiva y verdadera agudeza.

El solista de piano, Eugeni Kissin (1972), formado en Moscú, constituye una auténtica revelación; es lo que, en la jerga musical diaria denominaríamos un "monstruo". A los 16 años lo tiene todo: un virtuosismo avasallador, una musicalidad fascinante y una alegría vital en la manera de hacer propia de su edad. Virtuoso espontáneo, sabio anticipado, Kissin hizo de la deliciosa partitura de Shostakovich una verdadera creación en la que se vio perfectamente acompañado por el trompetista Vasili Kan. Análogos elogios merece la exposición tersa y transparente del Concierto en re de Stravisnky.

El propio Spivakov, con el violonchelista Mijail Milman, el oboísta Alexander Utkin y el fagotista Alexander Kluzewsky, fueron solistas de la Sinfonía concertante en si bemol, de Haydn, en la que, como en la sinfonía La sorpresa, mostraron la más noble forma de hacer música, sin tics efectistas ni preocupaciones historicistas.

El segundo programa estuvo dedicado enteramente a Mozart, con obras compuestas por el salzburgués antes de cumplir los 20 años: la Cantata de la Pasión la escribió a los 11; la Sinfonía número 15, a los 17; la 28 y el Exultate jubilate, a los 17, y el Segundo concierto para violín, a los 19. Todo fue tan perfecto como cordial. Cantó bien la soprano Aracs Davtian, de voz tensa, colorada e impactante, y tocó Spivakov el Concierto en re con la elegancia de estilo y el magisterio técnico que lo caracterizan.

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