Cartas al director

Diálogo sobre Israel

Me parece que su periódico comete una grave injusticia en todo su tratamiento de Oriente Próximo. Jamás he visto artículo alguno en EL PAÍS que explicara los orígenes del largo conflicto árabe-israelí a base de los hechos. ¿No están de acuerdo en que es imposible entender el presente sin conocer el pasado? ¿Pretenderían hablar de la democracia en España hoy sin mencionar la República de los años treinta?El origen fundamental del problema palestino es el islam. Las escrituras sagradas de esta religión contienen numerosas declaraciones claramente antijudías (y anticristianas también), com...

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Me parece que su periódico comete una grave injusticia en todo su tratamiento de Oriente Próximo. Jamás he visto artículo alguno en EL PAÍS que explicara los orígenes del largo conflicto árabe-israelí a base de los hechos. ¿No están de acuerdo en que es imposible entender el presente sin conocer el pasado? ¿Pretenderían hablar de la democracia en España hoy sin mencionar la República de los años treinta?El origen fundamental del problema palestino es el islam. Las escrituras sagradas de esta religión contienen numerosas declaraciones claramente antijudías (y anticristianas también), como ésta: "Oh, ustedes los que creen, no se hagan amigos ni con los judíos ni con los cristianos"; o ésta: "Alá lucha contra ellos [los judíos]. ¡Qué perversos son!".

Estudiando la historia uno aprende que esta actitud siempre ha influido enormemente en las relaciones de los árabes con los judíos que vivían en sus países. Pero, ¿quién estudia la historia ya?

Otro hecho, olvidado hoy, es que el territorio que actualmente se llama Israel estaba casi vacío hace 100 años. Libros e informes de la época están llenos de comentarios sobre el número reducido de habitantes permanentes y la cantidad de tierra sin cultivar. Sólo cuando llegaron los primeros inmigrantes judíos se revivió la economía estancada de la región. Poco a poco, las oportunidades creadas por el crecimiento de la población judía iban atrayendo a innumerables árabes pobres de las zonas cercanas.

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En 1953, el médico Carl Hermann Voss, entonces presidente del Comité Americano Cristiano de Palestina, escribió que "la población árabe de Palestina era pequefía y limitada hasta que los judíos revitalizaron las tierras áridas, y esto atrajo a los árabes de los países vecinos". La realidad es que el pueblo palestino está compuesto por sirios, egipcios, jordanos, iraquíes etcétera. Lo que les convierte en un pueblo es el tradicional odio musulmán que comparten hacia los judíos y su deseo común de destruir a Israel.

En una carta reciente a EL PAÍS, el señor Francisco Valiente Calvo dijo que "el holocausto del pueblo palestino (...) por el Estado de Israel no se diferencia sustancialmente del que practicaron en su momento los nazis con el pueblo judío". Aparte de que hoy la población palestina crece más rápidamente que la israelí, el número de palestinos muertos en conflictos con los israelíes durante toda la historia de Israel no tiene comparación alguna con el número de judíos matados por los nazis en sus cámaras de gas. Afirmar que los israelíes quieren exterminar a los palestinos es recurrir a la retórica despreciable de alguien que no tiene hechos que apoyen sus argumentos.

Ustedes editan un periódico importante y estimado en toda Europa. Me parece que tienen la responsabilidad de presentar las noticias en un contexto histórico que ayude a que sus lectores mejoren sus conocimientos de temas complejos. ¿Desean estimular un diálogo constructivo sobre el conflicto en Israel? ¿O es que la KIO ha comprado EL PAÍS también?-

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