El grupo Muluk el Hwa cree que el éxito de la música africana se debe a su vitalismo

Los integrantes del grupo Muluk el Hwa son naturales de Marraquech, y en torno de la popular plaza de Jmà el Fnà fundaron el grupo en el año 1973. Su espaldarazo llegó cuando en 1980 ganaron el premio de música popular otorgado por el Ministerio de la Juventud marroquí. A nuestro país vinieron de la mano de Juan Goytisolo, quien les conoció de forma accidental en la barbería que regentaba uno de los miembros del quinteto. "Ahora somos muy populares en nuestro país y nos llaman constantemente para que toquemos en fiestas religiosas, bodas o fiestas populares. Hemos editado ya cinco casetes con ...

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Los integrantes del grupo Muluk el Hwa son naturales de Marraquech, y en torno de la popular plaza de Jmà el Fnà fundaron el grupo en el año 1973. Su espaldarazo llegó cuando en 1980 ganaron el premio de música popular otorgado por el Ministerio de la Juventud marroquí. A nuestro país vinieron de la mano de Juan Goytisolo, quien les conoció de forma accidental en la barbería que regentaba uno de los miembros del quinteto. "Ahora somos muy populares en nuestro país y nos llaman constantemente para que toquemos en fiestas religiosas, bodas o fiestas populares. Hemos editado ya cinco casetes con nuestra música, y en breve editaremos la sexta". Muluk el Hwa ha actuado en, Barcelona el pasado fin de semana. El grupo considera que el éxito de la música africana se debe a su vitalismo.

En nuestro país ya han editado dos elepés. El primero fue un disco conjunto con los valencianos Al Tall en el que ambas formaciones musicaron poemas de autores árabes que vivieron en Levante entre los siglos X y XII. El segundo, obra ya exclusiva de Muluk, se grabé con motivo de su segunda participación en las Trobadas de Música Mediterránia, celebradas en Valencia en 1985.La música de Muluk el Hwa se basa de forma fitridamental en los ritmos gnaua, que llegaron a Marruecos sobre el siglo XVI, de la mano de los esclavos de Sudán en tránsito hacia América. "Estos ritmos están en la base de casi todo el folclor de nuestro país, aunque en cada zona se varía en relación con su tradición particular al poderse cambiar los instrumentos y los ritmos que ellos producen.

En nuestro disco, Canciones de Jmà el Fnà, nosotros, por ejemplo, interpretamos temas tradicionales gnaua junto con canciones saharianas y de nuestra ciudad". En este acerbo folclórico, las diferencias vienen dadas por los distintos ritmos y, sobre todo, por el diferente desarrollo melódico de las composiciones. "De todas formas, nosotros también componemos temas propios, eso sí, respetuosos con las músicas tradicionales de Marruecos. En ellos hablamos del amor, de las injusticias sociales y de la religión, aunque algunos de ellos sean sólo temas para animar al baile y a la fiesta".

El actual boom que las músicas africanas en general están teniendo en Occidente, cuyo pop da cada vez más ejemplos de fusión, no sorprende a los miembros de Muluk: "Nuestra música gusta por ser poco académica y muy vital, llena de sentimiento. Nosotros no aprendemos música en conservatorios, sino en la calle, y tocamos con el espíritu. Por eso gusta tanto la música de nuestro continente".

Dos tradiciones

Quizá por ello, el grupo se muestra reservado con respecto a las mixturas, ya se realicen desde la perspectiva pop -Dissidenten- o flamenca -El Lebrijano y la Orquesta Andalusí de Tánger-: "Lo de Dissidenten es demasiado moderno, demasiado fuerte para nosotros, no nos interesa. Lo de Lebrijano es interesante, pero muy fácil, ya que la música del norte de Marruecos tiene bastantes cosas en común con la del sur de España. Es más arriesgado lo que hemos hecho nosotros con Al Tall: relacionar el sur de nuestro país con el Levante español; poner en contacto dos tradiciones folclóricas sin demasiados puntos de contacto".Sobre la posibilidad de introducir instrumentos no autáctonos en su formación, el grupo se muestra rotundo: "Nunca. No queremos hacer otra cosa que no sea música folclórica. Queremos hacer nuestra música, la música de las palmas y del krakech, no la de la batería y el bajo. Lo único que estamos pensando introducir en el grupo es una flauta y otra voz". Precisamente la voz tiene gran importancia en el trabajo de Muluk, ya que la readaptación de los riímos gnaua se basa en gran medida en ella. "A los antiguos esclavos les llamaban los hombres que no hablan, ya que eran incapaces de expresarse en nuesiro idioma. Nosotros, que lógicamente sí somos capaces, damos a los textos su adecuada pronunciación, alargando las palabras y articulándolas debidamente. Este hecho da una nueva dimensión musical a las canciones". Su grado de concentración al interpretar sus canciones es tal que no notan la diferencia entre cantar en una fiesta popular de su país o hacerlo en una discoteca occidental. "Cuando cantas, cantas y no importa quién te escuche. Lo importante es que estás cantando o bailando tus canciones"`.

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