Tribuna:EL OMBUDSMAN

Al pie de la letra

Con motivo de los amotinamientos de presos cubanos en presidios estadounidenses, ocurridos el pasado mes de noviembre, EL PAÍS publicó una nota de apoyo documental bajo el título Los que no quieren volver. Textualmente se decía: "Son unos 2.700. En 1980 les abrieron las puertas de las cárceles y de los psiquiátricos donde estaban recluidos y se sumaron a la misma desbandada que vivía la isla. Se fueron al puerto de Mariel y lograron escabullirse en la flotilla en la que 120.000 cubanos navegaban hacia las cercanas costas de Florida en busca de libertad".Ahora, el lector Emilio Go...

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Con motivo de los amotinamientos de presos cubanos en presidios estadounidenses, ocurridos el pasado mes de noviembre, EL PAÍS publicó una nota de apoyo documental bajo el título Los que no quieren volver. Textualmente se decía: "Son unos 2.700. En 1980 les abrieron las puertas de las cárceles y de los psiquiátricos donde estaban recluidos y se sumaron a la misma desbandada que vivía la isla. Se fueron al puerto de Mariel y lograron escabullirse en la flotilla en la que 120.000 cubanos navegaban hacia las cercanas costas de Florida en busca de libertad".Ahora, el lector Emilio González López se interesa por saber si estos datos fueron contrastados. González López ha estado en dos ocasiones en Cuba después de la salida de Mariel y nunca los cubanos con los que trató el tema -"incluidos contrarios al régimen de Castro", dice- le hablaron de que se hubieran abierto las cárceles y los psiquiátricos. Los psiquiátricos son lugares prácticamente abiertos, "por lo que sí pudieron irse enfermos mentales; pero no, evidentemente, por abrir estos centros".

En cuanto a las cárceles, el lector reflexiona: "Mientras' se escabullían o no se escabullían, el Gobierno cubano tenía en la calle miles de delincuentes sueltos. ¿Usted lo hubiera hecho? ¿No será más cierto que una parte de los cubanos que se exiliaron eran asociales que no interesaban a ese país ni a ningún otro?".

La redactora jefa de Internacional, Marilé Ruiz de Elvira, facilita esta explicación: "Evidentemente, se trata de una licencia literaria a través de la cual se intentaba, precisamente, explicar que una parte de aquellos cubanos eran asociales que no interesaban a ese país ni a otro, como afirma el lector".

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Ruiz de Elvira se remite a informaciones publicadas por otros diarios sobre el mismo asunto. Así, en Le Monde del 17 de diciembre de 1984, cuando se firmó el acuerdo bilateral entre Estados Unidos y Cuba, su enviado especial, Jean-Pierre Clerc, afirmaba textualmente sobre este tema: "El nuevo ,acuerdo ( ... ) prevé la repatriación por La Habana de 2.746 'delincuentes y desequilibrados mentales' que las autoridades castristas habían 'incluido como prima' entre los 125.000 marielitos". El mismo periodista hablaba cuatro días más tarde de aquellos que Estados Unidos consideraba "indeseables", es decir, 'bien presos comunes, bien personas psíquicamente enfermas" que La Habana había incluido en el lote de los emigrantes de 1980. Por último, The New York Times se refería, en crónica reproducida por EL PAÍS el 12 de diciembre, a unos 2.500 delincuentes y enfermos mentales", al hacerse eco del acuerdo de principio alcanzado entre Cuba y Estados Unidos.

La frase "abrieron las puertas de las cárceles y los psiquiátricos" puede ser una licencia literaria; pero, sin más datos o referencias, induce a interpretarla al pie de la letra y por tanto a error.

Otro caso de textos que invitan a ser tomados al pie de la letra lo plantea Xabier Aguirre Urteaga, desde Salamanca. El lector muestra su preocupación por la paz en Centroamérica. Le inquieta, por ejemplo, que los titulares de una crónica de Antonio Caño, que se encuen tra en Managua como enviado especial de EL PAÍS, puedan confundir a la opinión pública. El pasado 24 de enero, en la primera página del periódico, se titulaba: Bayardo Arce: `Los sandinistas nunca entregaremos el poder.' Aguirre admite que es difícil y comporta riesgos transmitir los matices de los "discursos arengadores". Y añade: "Pero la frase completa (copio textualmente de la información de Antonio Caño) 'el Frente Sandinista de Liberación Nacional nunca entregará el poder porque es el pueblo el que tiene el poder', aparece sostenida sobre el mejor espíritu democrático". Aguirre considera que el titular es sesgado responde muy remotamente a las palabras del militar nicaragüense y resulta peligroso pues, dice, "no aporta más que leña al fuego que quieren encender sectores miopes y dudosamente democráticos que alientan la intervención norteamericana en Nicaragua".

La redactora jefa de la sección Internacional admite que sin duda hubiera sido más exacto titular con la frase completa. "Pero también es cierto", continúa, "que del discurso se desprende que el dirigente nicaragüense considera que el FSLN, es decir, los sandinistas, son los representantes del pueblo". Y propone esta lectura del párrafo del que se extrajo el titular: "El FSLN [partido que está en el poder] nunca entregará el poder, porque es el pueblo el que tiene el poder [es decir, el que está en el poder]". A juicio de Ruiz de Elvira, "se puede interpretar, pues, que el orador identifica sandinismo, pueblo y poder".

El orador, en efecto, identificó el sandinismo con el pueblo y al pueblo con el poder; pero, una vez más, estas importantes matizaciones estaban en el texto, no en el titular: interpretado éste al pie de la letra, ha podido desvirtuar el significado exacto de la idea que se quería transmitir.

Gabinete, no asesoría

La oficina de prensa del Ayuntamiento de Alcobendas (Madrid), en una nota remitida a EL PAÍS, afirma que la noticia titulada "AP y CDS reprueban el aumento salarial de los asesores del alcalde" (17 de enero de 1988) contiene una serie de imprecisiones y errores. "En principio", dice, "el alcalde de Alcobendas no cuenta con ningún asesor".Concha Gil, firmante de la información, explica que en el texto enviado al periódico nunca utilizó la palabra asesores. Su expresión fue "empleados próximos al alcalde". El cambio se debió a modificaciones posteriores a la redacción de la noticia. En efecto, el subjefe de la sección Madrid, Rodolfo Serrano, dice que, al editar el texto, se incluyó la palabra asesor por entender que definía mejor el trabajo de lo que la corresponsal Concha Gil llamaba 'empleados próximos al alcalde, que además resultaba muy largo para el titular".

También se publicó que el mantenimiento de los cinco miembros del gabinete del alcalde -los indebidamente llamados asesores- supone, "de acuerdo con el presupuesto recién aprobado, un gasto de 23 millones de pesetas". La nota del Ayuntamiento puntualiza que el incremento salarial de esas cinco personas es del 4%, "idéntico porcentaje que el resto de los funcionarios del Ayuntamiento". Como cada una de esas personas cobra 3.160.000 pesetas al año, la suma da 15.800.000 pesetas, no 27 millones de pesetas.

"En mi información original", responde Concha Gil, "hacía constar que 'el mantenimiento del departamento supone un gasto global de 23 millones de pesetas', y no 'el manteimiento de los cinco asesores del alcalde supone 23 millones de pesetas', como salió publicado. Así pues, incluía no sólo los sueldos del personal, sino también otros conceptos como gastos de material del gabinete, compra de bienes, etcétera".

"También un deseo de ganar líneas", explica el subjefe de la sección, "llevó al editor a interpretar que el mantenimiento del gabinete del alcalde era lo mismo que el mantenimiento de los cinco asesores, cuando obviamente no lo es".

El gabinete del alcalde de Alcobendas lo componen, según la nota de la oficina de prensa de su Ayuntamiento, la directora del mismo, una secretaria, un auxiliar administrativo, un conductor y un técnico de relaciones públicas. Sin llegar a tomar al pie de la letra el significado de la palabra asesor, y aun extendiendo generosamente su alcance, no parece que a la totalidad de los componentes de este equipo pueda denominárseles así.

Almodóvar, académico

J. Batle Caminal publicó el pasado 10 de enero una breve crítica sobre la película de Pedro Almodóvar ¿Qué he hecho yo para merecer esto! Acerca del título y su autor, escribía: "Hay que respetar su voluntaria y antiacadémica mezcla de interrogante y admiración, dato sintomático de la libertad creadora de su filme". A Manuel Serra Galindo, profesor de Ecología de la universidad de Valencia, no le parece que exista nada antiacadémico en esa ortografia.Escribir ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (interrogación al principio, admiración al final) no es una incorrección. En El esbozo de una nueva gramática de la lengua española, de la Real Academia (Espasa Calpe, Madrid), se puede leer: "Hay cláusulas que son al par interrogativas y admirativas, y en ellas podrá ponerse nota de admiración al principio y de interrogación al fin, o viceversa. ¡Que esté negado al hombre saber cuándo será la hora de su muerte? ¿Qué persecución es ésta, Dios mío!".

'Si el grado de libertad de creación del individuo estuviera en relación directa con su falta de respeto a las normas académicas, hay que convenir que, en este caso, el de Almodóvar sea cero. Pero no es así: Almodóvar ha sido correctísimo con lo que mandan los inmortales y además no ha rendido su libérrima creatividad.

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