Una auxiliar de la Policía Municipal de Palamós denuncia a un sargento por acoso sexual

Diana Domínguez Blando, de 21 años, auxiliar de la Policía Municipal de Palamós (Gerona), ha denunciado a través de una carta enviada al primer teniente de alcalde y concejal de Gobernación del Ayuntamiento de Palamós, Joan Fontanet, que ha sido objeto de acoso sexual por parte del sargento de la policía local, Alfonso Calvo, casado, de 38 años. Éste negó ayer las acusaciones. La lectura de la carta se efectuó en un pleno del Ayuntamiento celebrado el pasado martes. Una vez conocida la acusación, se adoptó la decisión de crear una comisión investigadora.La auxiliar de policía afirma en el text...

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Diana Domínguez Blando, de 21 años, auxiliar de la Policía Municipal de Palamós (Gerona), ha denunciado a través de una carta enviada al primer teniente de alcalde y concejal de Gobernación del Ayuntamiento de Palamós, Joan Fontanet, que ha sido objeto de acoso sexual por parte del sargento de la policía local, Alfonso Calvo, casado, de 38 años. Éste negó ayer las acusaciones. La lectura de la carta se efectuó en un pleno del Ayuntamiento celebrado el pasado martes. Una vez conocida la acusación, se adoptó la decisión de crear una comisión investigadora.La auxiliar de policía afirma en el texto que el acoso empezó en abril de 1986, el mismo día en que realizó las pruebas para ingresar en el cuerpo. Diana Domínguez señala que luego, al finalizar su contrato, tras el verano de 1986, el jefe de la policía influyó negativamente para que no fuera renovado, "ya que yo me había negado rotundamente a mantener cualquier relación que no fueran la estrictamente profesional".

Diana Domínguez abandonó sus funciones hasta el mes de marzo pasado, en que, según su versión, se encontró en la calle al sargento. Según afirma la auxiliar en la carta leída ante el pleno, en esta ocasión Alfonso Calvo le ofreció "una plaza de auxiliar al haber una vacante". "Al cabo de cierto tiempo, el sargento empezó de nuevo. Primero invitándome a café, y más tarde diciéndome que estaba enamorado de mí, que me quería.

Diana Domínguez afirma que las peticiones de su superior "eran cada vez más fuertes, tanto en el tono empleado en las frases como por las gesticulaciones que hacía con la lengua, diciéndome piropos como 'qué beso te daría ahora', o 'da las gracias de que no estamos solos porque si no te saltaría encima'".

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