Crítica:FLAMENCO

Cancionera

Ana Reverte, andaluza afincada en Barcelona, se presentó en el teatro Alcalá Palace de Madrid con un recital en el que hizo dos partes bien diferenciadas. Una de estas partes estuvo integrada por canciones, fundamentalmente del disco suyo que acaba de aparecer y cuya presentación motivaba el recital, y otra destinada al cante flamenco.Parece que el propósito de Ana Reverte, inspirada por la firma discográfica, es dar aquí un giro a su carrera y dedicarse exclusivamente a la canción. La verdad es que me parece una decisión inteligente, pues el cante flamenco no va a perder gran cosa y en cambio...

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Ana Reverte, andaluza afincada en Barcelona, se presentó en el teatro Alcalá Palace de Madrid con un recital en el que hizo dos partes bien diferenciadas. Una de estas partes estuvo integrada por canciones, fundamentalmente del disco suyo que acaba de aparecer y cuya presentación motivaba el recital, y otra destinada al cante flamenco.Parece que el propósito de Ana Reverte, inspirada por la firma discográfica, es dar aquí un giro a su carrera y dedicarse exclusivamente a la canción. La verdad es que me parece una decisión inteligente, pues el cante flamenco no va a perder gran cosa y en cambio la canción española puede llegar a ganar una estimable intérprete, de las que no anda muy sobrada ciertamente. En efecto, Ana Reverte se mostró como una cancionera de gusto, con fuerza y con un valioso instrumento en su voz para esos menesteres.

Recital de Ana Reverte

Teatro Alcalá Palace. 17 de diciembre.

Las canciones de esta intérprete son agradables, e incluso puede afirmarse que algunas son hermosas. Ejemplo de esto fueron la nana o el tema elegido para dar título al disco, Nubes de otoño. Ahí brilla el arte de la Ana Reverte con calidad y mucho gusto, no exento en ocasiones de un cierto efectismo que debiera evitar.

Son canciones las suyas con ecos muy diversos; hay mucha canción española convencional, por supuesto, pero también un cierto encanto mediterráneo, alguna remembranza del fado portugués y a mí hasta me pareció entender -no sé si me equivoco- algunos compases muy próximos al tango argentino.

Ana Reverte debiera hacer un esfuerzo ante el futuro para tomar una línea definida, la más acorde con su personalidad, porque ya se sabe que tocar muchos palos es el mejor camino para no llegar a parte alguna.

En cuando al flamenco, son otros cantares. Aquí la brillantez de la voz no tiene tanta importancia, hacen falta otros valores, que Ana parece desconocer en absoluto.

Repertorio trivial

La cantante eligió un repertorio trivial y truculento para este recital madrileño, de lo más nefasto de la llamada ópera flamenca, y además no lo hizo bien.Reverte interpretó el peor Pinto, con sus recitados y todo; el peor Niño de la Huerta, con las desventuras del soldado aquel que se moría; cantes de los llamados de ¡da y vuelta facilones, entre ellos una colombiana con acompañamiento del grupo musical que fue un verdadero horror.

En fin, mal, muy mal en el cante; bien en la canción.

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