Tokio, un escaparate

La arquitectura internacional sigue de cerca la creatividad japonesa

Kenzo Tange, considerado como el padre de la arquitectura moderna japonesa, es el punto de partida de los arquitectos nipones de la actualidad, que han dado con sus obras una nueva fisonomía a las ciudades y pueblos de Japón, con una gran repercusión en el panorama internacional. Las casas tradicionales de madera contrastan con modernos edificios típicos de ciudades-dormitorio o las construcciones ultramodernistas de los nuevos creadores de la arquitectara nihon-fu (a la japonesa), que en la mayoría de los casos intenta conjugar la más pura tradición con los nuevos conceptos.

Kenzo Tang...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Kenzo Tange, considerado como el padre de la arquitectura moderna japonesa, es el punto de partida de los arquitectos nipones de la actualidad, que han dado con sus obras una nueva fisonomía a las ciudades y pueblos de Japón, con una gran repercusión en el panorama internacional. Las casas tradicionales de madera contrastan con modernos edificios típicos de ciudades-dormitorio o las construcciones ultramodernistas de los nuevos creadores de la arquitectara nihon-fu (a la japonesa), que en la mayoría de los casos intenta conjugar la más pura tradición con los nuevos conceptos.

Kenzo Tange, de 73 años, dice que el momento arquitectónico de Japón es un reflejo del resurgir general de Japón. Arrasado después de la II Guerra Mundial, Japón ha pasado a ser la segunda potencia económica del mundo, con una vitalidad que se traduce también al mundo arquitectónico. "Si París", dice Tange, "fue la capital arquitectónica del siglo XIX, y Nueva York es la del siglo XX, creo que hay pocas dudas de que Tokio será la del siglo XXI".Tange, firme admirador del francés Le Corbusier, dio a conocer su obra al mundo con la creación del conjunto deportivo que sirvió de foro a los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964. Tange invirtió conos y pirámides, dando una nueva dimensión a los volúmenes y formas arquitectónicas. La exposición internacional de Osaka, en 1970, confirmó su originalidad, pasando a ejecutar obras de dimensiones mastodónticas, como la universidad del rey Saud, en Ryad; diseñar un proyecto de Teleport, para ampliar la megápolis de Tokio -con unos 30 millones de almas- en el área de la bahía, con puentes e islas artificiales.

Pero Tange, desde su despacho panorámico, en el barrio de Akasaka, contempla el horizonte de Shinjuku -la zona de altos rascacielos que, bajo técnicas ultrasofísticas, incluidos rodillos en sus cimientos, afrontan el reto de los periódicos terremotos-, donde edificará su nueva obra para albergar la futura sede administrativa del gran Tokio.

Si Tange reúne la admiración y el respeto para el resto de las nuevas generaciones de arquitectos nipones, no ocurre así para uno de sus mejores discípulos, el también muy popular Arata Isozaki. Le acusan, entre colegas, de ser demasiado internacional, ya que gran parte de su obra (el Museo de Arte Moderno de Los Ángeles, la discoteca Pafiadium, en Nueva York, o el Pabellón Olímpico, en Barcelona) está fuera de Japón. Aunque en su país natal Isozaki cuenta con obras considerables, como el Museo de Arte de Gununa, o el Tsukuba Center Building, donde recreó un estilo miguelangélico en la plaza del complejo arquitectónico de la Ciudad Universidad.

Ochanomizo Square, la sede de una editorial de publicaciones dedicadas a la mujer, es una de las últimas obras de Isozaki en Tokio, frente a la universidad de Meiji. Es parte de un barrio de casas clásicas, de comienzos de siglo, muchas de ellas de estilo art-déco. lsozaki intentó no roinper con. el conjunto del barno. Colocó un bloque central moder nista, con su característico estillo racional-minimalista, acompafia do de dos alas posmodernistas, con fachadas pintadas de colores ocres cálidos. Su nueva creación un tanto teatral, a decir de algunos críticos, responde, en reidi dad, a uno de los principios en que Arata Isozaki funda toda su obra. "La arquitectura", dice Isozala, "debe adaptarse a la ciudad, a la estructura del lugar, y tener en cuenta las características de las gentes".

Ventana-cono

Para Fumihico Maki , uno de los superfamosos en Japón, el problerna urbano determina la obra en una aglomeración como Tokio, donde la especulación urbana alcanza cotas astronómicas. Su edificio Spiral, en el elegante barrio de Omotesando, gusta de mezclar líneas y volúmenes, siendo célebre su ventana-cono. O el edificio, en construcción, en el barrio de Shibuya, en Tokio, del nuevo gimnasio metropolitano, innovador en sus formas geométricas y utilización de sofisticados materiales, desde aceros especiales a cubiertas transparentes de materiales plásticos.En el área de Osaka, la segunda ciudad del país, vive otro de los arquitectos más innovadores, Tadao Ando, considerado como uno de los anarcos de la arquitectura nipona, por su formación sobre el terreno, lejos de las elitistas facultades de arquitectura, como la de la universidad de Tokio. Ando es un creador que trata de forma especial el aspecto de la luminosidad en el interior de sus edificios.

Shin Takamatsu, apasionado por una arquitectura de conceptos mecánicos, como ilustra en su Dance Hall, en Nagoya, o su edificio Week, en Kyoto, es valorado como otro de los grandes, juinto a Hiromi Fujii o Hiroshi Hara, dentro de un mundo arquitectórtico japonés que cada vez atrae más la atención a los arquitectos extranjeros.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En