Cena en Christ Church

Al final de su vida, cuenta Beatrice Hatch, una de las entonces niñas, el principal entretenimiento de Lewis Carroll era ofrecer cenas en su apartamento de Christ Church College, en Oxford. Las veladas eran para una sola invitada, la niña-amiga, y el anfitrión se esforzaba porque la cena fuese inmejorable: partidas de juegos inventados por el escritor, sesiones de láminas de hadas, o música de organillo.Y, lo mejor de todo, con el anfitrión y la invitada sentados en un sofá rojo ante una chimenea decorada con motivos de La caza del Snark, cotilleo: Carroll contaba anécdotas referidas a ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Al final de su vida, cuenta Beatrice Hatch, una de las entonces niñas, el principal entretenimiento de Lewis Carroll era ofrecer cenas en su apartamento de Christ Church College, en Oxford. Las veladas eran para una sola invitada, la niña-amiga, y el anfitrión se esforzaba porque la cena fuese inmejorable: partidas de juegos inventados por el escritor, sesiones de láminas de hadas, o música de organillo.Y, lo mejor de todo, con el anfitrión y la invitada sentados en un sofá rojo ante una chimenea decorada con motivos de La caza del Snark, cotilleo: Carroll contaba anécdotas referidas a otras niñas, o sus juegos de escondite con entrevistadores y admiradores, en busca de autógrafos, a los que eludía pues detestaba ser tratado como una celebridad. En otras ocasiones subían al tejado, para contemplar la tarde. De vez en cuando fingía dormirse y decía: "Lo restante mañana", sólo por el placer de escuchar la respuesta: "Ya es mañana".

Más información
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En