Cartas al director

Se mueve

El señor Calvo Serraller, sin duda queriendo parafrasear el sentir de Galileo Galilei, titula el artículo aparecido en este diario el 28 de noviembre con una construcción italiana que encierra una incorrección gramatical.En efecto, el 22 de junio de 1633, en la sala del claustro dominico de Santa María sopra Minerva, de Roma, le fue leída al científico italiano su sentencia condenatoria promulgada por la Inquisición, como es sabido, por sostener la teoría copernicana y así abrir los horizontes a una razón autónoma que tan fecundos resultados produciría siglos después.

Pues bien, apócrif...

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El señor Calvo Serraller, sin duda queriendo parafrasear el sentir de Galileo Galilei, titula el artículo aparecido en este diario el 28 de noviembre con una construcción italiana que encierra una incorrección gramatical.En efecto, el 22 de junio de 1633, en la sala del claustro dominico de Santa María sopra Minerva, de Roma, le fue leída al científico italiano su sentencia condenatoria promulgada por la Inquisición, como es sabido, por sostener la teoría copernicana y así abrir los horizontes a una razón autónoma que tan fecundos resultados produciría siglos después.

Pues bien, apócrifa o verídica, pensada o pronunciada, lo cierto es que, si el ilustre florentino masculló algo, no fue, precisamente, "Eppur se muove", sino "Eppur (e) si muove". Expresión, la primera, que en la lengua italiana no existe, y sí la segunda -giro adversativo reflexivo en tercera persona del singular-, que podríamos traducir, ya como tópico: "Y sin embargo se mueve". Por lo que, correctamente transcrita, pasará a convertirse en patrimonio de la nueva ciencia naciente y en paladín de un espíritu crítico, que, en medio de dudas y contra intolerancias, sentará el firme sobre el que nos movemos.-

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