Fernando Baquero

Un microbiólogo respetuoso con la inteligencia de las bacterias

Fernando Baquero es un enamorado de las bacterias. Afirma que el universo bacteriano "es tan perfecto e infinito que sabrá ganar todas las batallas que el hombre le plantee en la búsqueda de nuevos antibióticos contra estos microorganismos". Padre de la moderna microbiología hospitalaria en España, dirige un equipo en el centro Ramón y Cajal, de Madrid, que investiga las resistencias bacterianas en colaboración con el Instituto Pasteur, de París, y las universidades de Harvard y Londres.

Este madrileño, que ejerce como tal, nacido hace 46 años y que gusta de dar largos paseos por la ciu...

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Fernando Baquero es un enamorado de las bacterias. Afirma que el universo bacteriano "es tan perfecto e infinito que sabrá ganar todas las batallas que el hombre le plantee en la búsqueda de nuevos antibióticos contra estos microorganismos". Padre de la moderna microbiología hospitalaria en España, dirige un equipo en el centro Ramón y Cajal, de Madrid, que investiga las resistencias bacterianas en colaboración con el Instituto Pasteur, de París, y las universidades de Harvard y Londres.

Este madrileño, que ejerce como tal, nacido hace 46 años y que gusta de dar largos paseos por la ciudad, es hijo de médico, está casado con una cardióloga y tiene algunos parientes más en el gremio y un hijo estudiando medicina. "No cabe duda de que mis genes sienten cierta predilección por esta carrera", bromea. Pero la medicina no es su única pasión y se confiesa un amante de la filosofía: "He llegado a escribir algunos ensayos sobre todo comentarios al Fausto de Goethe y Mann, que he regalado a mi padre, gran admirador de Kant". Tiene, además otras aficiones: la cerámica islámica y la orfebrería visigótica.Fernando Baquero asistió "como alumno y como profesor", a principios de los años sesenta, a unos cursos en el Instituto Pasteur de París, sobre fisiología genética y ecología de la resistencia a antibióticos. "Allí nació mi interés profesional" asegura. "Cuando empecé a trabajar en 1967 en el hospital infantil de La Paz", explica, "la microbiología hospitalaria no existía en España. Ahora, sin embargo, esta especialidad ha alcanzado unas cotas comparables a las del resto de Europa".

Bacterias comunicativas

Baquero es jefe del servicio de microbiología del hospital Ramón y Cajal de Madrid, un equipo formado por 20 personas. Le interesa particularmente la ecología bacteriana, según la cual estos microorganismos "no actúan aisladamente, sino a través de perfectos sistemas de intercomunicación". A partir de este principio, y en colaboración con el bioquímico Carlos Asensio, fallecido en accidente, Baquero llegó en los años setenta al descubrimiento de una nueva familia de péptidos con acción antibiótica conocidos con el nombre de microcinas.Para este investigador, el problema de la resistencia a antibióticos estriba en la conexión y comunicación interbacterianas, ya que estos microorganismos "pueden intercambiar información genética sobre cómo resistir a los antibióticos, pues el universo bacteriano es perfecto e infinito, y unas bacterias se comunican a otras cómo sobrevivir a la acción de tal o cual fármaco".

Para este microbiólogo, "es asombroso asistir a la prodigiosa inteligencia del cosmos bacteriano, que actúa como un ordenador de gran potencia, resolviendo de la forma más eficaz y económica los problemas de supervivencia".

Todos los microbiólogos sienten un gran respeto por las bacterias, según dice, "porque son mucho más inteligentes que el investigador". Además, la infinitud del universo bacteriano es tal, explica, que sólo en el intestino del hombre hay 500 especies diferentes y en una cantidad superior a las propias células. Se conocen más de 12.000 especies, cuando la mayoría está sin identificar, y a partir de una única bacteria, en el período de 24 horas, se obtienen 1.000 millones.

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