"En España falta curiosidad musical", afirma la directora del Festival de Granada

La gente no está formada, según Mari Carmen Palma

Desde hace pocos días, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada tiene una nueva directora: la barcelonesa Mari Carmen Palma. El festival, considerado como uno de los más prestigiosos de la Península y cuya influencia se extiende a todo el continente europeo, llegará el próximo verano a su edición número 37. "En España falta curiosidad por la música y ambición por la aventura, y esto es preocupante porque un pueblo que carece de ella es un pueblo amansado", manifestó a este diario la nueva directora del festival.

"Todavía no sé con exactitud lo que significa dirigir un fest...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde hace pocos días, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada tiene una nueva directora: la barcelonesa Mari Carmen Palma. El festival, considerado como uno de los más prestigiosos de la Península y cuya influencia se extiende a todo el continente europeo, llegará el próximo verano a su edición número 37. "En España falta curiosidad por la música y ambición por la aventura, y esto es preocupante porque un pueblo que carece de ella es un pueblo amansado", manifestó a este diario la nueva directora del festival.

"Todavía no sé con exactitud lo que significa dirigir un festival de estas características", comenta Mari Carmen Palma. "Lo principal es preparar una programación válida para la ciudad de Granada y que, al mismo tiempo, sirva para atraer visitantes de todo el mundo dispuestos a gozar de las maravillas turísticas y de un festival de calidad internacional", afirma. "Es necesario desarrollar una nueva visión comercial y cultural para conseguir que las cosas sean tremendamente atractivas. Y ahí radica el problema: para el público de Granada no es atractivo un gran cuarteto de cuerda o un excelente trío; en cambio, sí lo es un renombrado solista, una gran orquesta o una ópera importante, porque esas cosas no las tienen durante el resto del año y son necesarias. Los visitantes europeos buscan todo lo contrario; además, muchos de ellos vienen atraídos por las maravillas de la Alhambra, pero quieren, lógicamente, que lo que allí suene no sea charanga. No es un festival fácil".Esta divergencia de intereses que separan al público hispano de los visitantes del resto de Europa es una de las preocupaciones de la nueva directora. "En la escuela no tenemos música y en los conservatorios nos educan para ser grandes divos y no para el placer de tocar música", afirma. "Así, la gente que podría disfrutar con la música de cámara no está acostumbrada a hacerlo y los medios de difusión no ayudan. Los tríos de Beethoven se escuchan muy raramente, y los de Brahms, nunca. Eso sí, oyendo la radio encuentras que constantemente están programando la Quinta Sinfonía de Beethoven. El público no está formado e, incluso, cuando programas una gran orquesta debes hacerlo siguiendo esas premisas: puede ponerse la Quinta de Mahler, pero no la Séptima, la Quinta de Beethoven, pero no la Tercera; por supuesto, nada de Balakirev porque la gente cierra la radio o no acude al concierto. Es necesario enseñar disfrutando; incluir en el curso de programas conocidos alguna cosa nueva y conseguir que sea una revelación".

Mari Carmen Palma pronuncia estas palabras con suma tranquilidad, pero se adivina el desasosiego que le produce la impotencia. "El único futuro es la enseñanza y no sólo en las escuelas, sino también a los adultos", prosigue. "Si yo tuviera algo que ver con la dirección cultural del país, montaría una especie de guerra de guerrillas. ¿Por qué no incluir en las programaciones de las discotecas, y sin cambiar ni el ambiente ni las luces, un cuarteto de Beethoven o de Schubert? Lo primero que produciría sería sorpresa y después quién sabe... Cuando veo en la recta del estadio de Montjuïc a 200.000 jóvenes escuchando rock lo que, por otra parte, me parece perfecto, imagino qué sucedería si pusiéramos sin avisar la Cantata del descubrimiento de Brasil de Villa Loboa, ¿no habría un 10% como mínimo a los que les gustaría? Lo que sucede es que no la han oído nunca y, lo que es peor, no han tenido curiosidad por oírla. Esto no sólo sucede en la música, el campo pictórico y literario también está marcado por la falta de curiosidad. En nuestro país falta la ambición por la aventura y esto es preocupante porque un pueblo que carece de ella es un pueblo amansado, un rebaño".

Mari Carmen Palma nació en Barcelona, donde cursó la carrera de música y, paralelamente, la de historia medieval. Desde hace 10 años es directora de la Programación Musical de la Fundació Caixa de Pensions de Barcelona, que desde ahora va a compaginar con su nuevo cargo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En