Tribuna

En Brasil se había portugués

En Brasil se habla portugués, y le dicen artilheiro al goleador; jogo al partido, y torcedor, al hincha; pero en Portugal se juega al fútbol como lo reinventaron en Brasil. Indígenas domesticados, colonizadores europeos y esclavos africanos interlambiaron genes en aquellas tierras calientes y, siglos después de aquel adecuado desorden, surgió un pueblo nuevo que, entre otras cosas, le puso al fútbol musica propia y a las mujeres un cuerpo infernal.Pasados cuatros siglos, la corriente migratoria se dio vuelta, y el Portugal que un día soñó confazer as Américas comeazó a rec...

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En Brasil se habla portugués, y le dicen artilheiro al goleador; jogo al partido, y torcedor, al hincha; pero en Portugal se juega al fútbol como lo reinventaron en Brasil. Indígenas domesticados, colonizadores europeos y esclavos africanos interlambiaron genes en aquellas tierras calientes y, siglos después de aquel adecuado desorden, surgió un pueblo nuevo que, entre otras cosas, le puso al fútbol musica propia y a las mujeres un cuerpo infernal.Pasados cuatros siglos, la corriente migratoria se dio vuelta, y el Portugal que un día soñó confazer as Américas comeazó a recibir a americanos que bajaban del avión haciendo prestidigitación con una pelota en los pies. Colonizaron con tan buen gusto a sus antiguos colonizadores, que los lusitanos terminaron por amar el toque corto y la pausa hechicera.

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En el Oporto ataja un polaco, defienden dos centrales brasileños, complementan siete portugueses abrasileñados y le pone gol y le saca brillo un atacante que le hizo entender a la pelota el lenguaje universal del fútbol hablándole con acento argelino, y un entrenador yugoslavo que profesa y traduce ese cóctel en un equipo con carácter europeo.

Tienen un alto nivel de orgánización en su defensa zonal, una paciencia infinita en el centro del campo y un lujo llamado Raba Mayer que nació en Argelia. Es una de mis debilidades futbolísticas. Juega lindo, pero juega en serio. Dicen que "caballo de paseo no gana batallas"; lo que me gusta de Raba Mayer es que vale para pasear y sirve para la guerra. Si alguien descubre con qué pierna juega, mejor le pago una cena.

La línea media está formada por jugadores con oficio y personalidad que saben cuidar la pelota, tienen idea acerca de cuándo y en qué lugar hay que cometer una falta para interrumpir un avance rival y entienden de grandes responsabilidades: por algo son campeones de Europa. En defensa se mueven con orden, inteligencia y sin cnspaciones. Dos morenos (Celso y Gerardáo), que empiezan teniendo pinta de camioneros, comandan esa línea con solvencia y tranquilidad playera, conseguida en Ipanema o sucedáneo carioca, y lo hacen con tal elegancia que, al poco rato, los camioneros terminan pareciendo bailarines.

Contra este estilo adormilador de juego, el Real Madrid no tiene hábito de confrontación y llega a Das Antas con una diferencia ajustada, pero avalado por una estadística arrogante y con la voluntad de hacer historia. Esta noite se juega uno de esos partidos que gradúan a los buenos de grandes. Uno de esos partidos complicados. Uno de esos partidos de los que se sale sabiendo quién es quién.

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