PRESENCIA HISPANA EN NORTEAMÉRICA

Los Reyes fueron testigos directos del terremoto de Los Angeles

ENVIADO ESPECIAL Un terremoto de intensidad 6,1 en la escala de Richter sacudió ayer a Ias 7.42, durante 15 segundos, Los Ángeles, y el piso 30º del hotel donde se encontraban los Reyes. Fue seguido por al menos otros 12 temblores (dos de fuerza 4,2 y 4,4 antes de las ocho de la mañana) que obligaron a la evacuación de escuelas y edificios públicos. Seis muertos y 200 heridos, edificios públicos, algún hotel y hospitales desalojados, cortes de luz, decenas de pequeños incendios por fugas de gas, grietas en autopistas y pequeños daños estructurales en edificios del centro de la ciudad es el...

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ENVIADO ESPECIAL Un terremoto de intensidad 6,1 en la escala de Richter sacudió ayer a Ias 7.42, durante 15 segundos, Los Ángeles, y el piso 30º del hotel donde se encontraban los Reyes. Fue seguido por al menos otros 12 temblores (dos de fuerza 4,2 y 4,4 antes de las ocho de la mañana) que obligaron a la evacuación de escuelas y edificios públicos. Seis muertos y 200 heridos, edificios públicos, algún hotel y hospitales desalojados, cortes de luz, decenas de pequeños incendios por fugas de gas, grietas en autopistas y pequeños daños estructurales en edificios del centro de la ciudad es el primer balance del temblor, cuyo epicentro se situó en Pasadena, a unos; 30 kilómetros del hotel real.

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Don Juan Carlos y doña Sofía estaban en sus habitaciones a punto de salir para acudir a la sinagoga sefardí Tifareth cuando se produjo el intenso temblor que conmovió la torre de 30 pisos; del hotel Century Plaza, donde se alojan los Reyes.

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Los Reyes vivieron el terremoto en el piso 30º de un hotel

Viene de la primera páginaEl edificio está preparado para aguantar terremotos de fuerza 7.

"Estaba tranquilo, qué vas a hacer en un caso de éstos cuando estás en el piso 30º declaró el Rey a los periodistas tres horas después del primer terremoto. La Reina confesé que "me asusté un poco", que no era el primer sismo que experimentan y que no cambiarán sus planes de viaje ni abandonarán el hotel, que los servicios de seguridad del Rey consideran que es seguro".

Existe un helipuerto junto al hotel desde el que los Reyes podrían ser evacuados si fuera necesario, comentó un miembro de la comitiva. El presidente del Gobierno, Felipe González, llamó minutos después del terremoto al ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, que se aloja en una habitación próxima a la de los Reyes.

"La segunda vez no suelen ser tan fuertes", dijo doña Sofía, preguntada por las noticias del Instituto Tecnológico de California de que en las próximas 72 podría repetirse un terremoto de la misma intensidad. Don Juan Carlos reaccionó con una exclamación de asombro algo así como "caramba" o quizá más fuerte, según informó el secretario general de la Casa Real, Sabino Fernández Campo. Pero una hora después se estaba riendo. La Reina, que aún estaba dormida, creyó que estaba en un avión experimentando un mal aterrizaje, dijo el portavoz de Exteriores.

Dos de las seis víctimas mortales son un estudiante de la universidad de California, aplastado por una pared, y una persona que resultó electrocutada. El terremoto tuvo su epicentro nueve millas al sur de Pasadena, en Montebello, en las afueras de Los Ángeles. Cayeron postes de luz y de teléfono y algunas casas sufreron daños estructurales a causa del temblor, el más fuerte registrado aquí desde 1971, en el que murieron 61 personas.

Eran las 7.42 (15.42, hora peninsular), una mañana de sol brillante, cuando las paredes de mi sexto piso del hotel Century Plaza -los Reyes y su séquito se alojan en la moderna torre contigua del mismo hotel- se estremecieron violentamente. Todo con un sonido ronco, como si se tratara del movimiento del mar.

Estaba transmitiendo una crónica a Madrid sobre la visita de los Reyes a la sinagoga que iba a comenzar dos horas después. La línea con España continuaba abierta, y no podía creer que este sólido edificio estuviera moviéndose. La mesa con ruedas con el desayuno, que acababan de subirme, corrió de un lado a otro de la habitación 651. Mi primera reacción fue asomarme al balcón y todo parecía normal en el exterior.

Los ascensores del hotel se detuvieron inmediatamente, una redactora de la televisión catalana TV-3 quedó atrapada, y todas las cadenas norteamericanas comenzaron a dar instrucciones de emergencia a la población. No salir a la calle, no utilizar los ascensores, alejarse de las ventanas y colocarse junto a paredes maestras o bajo el quicio de las puertas. Dos nuevas sacudidas fuertes, escala 3-4, volvieron a notarse antes de las ocho de la mañana. La televisión, con cierto sentido de drama, decía que el culpable del sismo era la famosa falla de San Andrés, que recorre la costa californiana y se adentra en tierra por el área de Los Ángeles y va hasta Colorado.

Helicópteros de la policía sobrevolaron inmediatamente el área de rascacielos del centro de Los Ángeles, no lejos del hotel donde se alojan los Reyes, para evaluar los daños. En la intrincada red de autopistas que rodea y anuda la ciudad, el tráfico se detuvo en la hora punta matutina.

A las 8.58 volvieron a sentirse nuevos temblores, resaca del sismo inicial. Los sismólogos del Instituto Tecnológico de California señalaron que esto es normal y que podrían sentirse movimientos de tierra en las próximas 72 horas.

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