Animales de mañana

Hay muchas cosas que la ingeniería genética todavía no puede realizar. No se pueden implantar más que unos pocos genes, y una vaca tiene decenas de miles, así que no se puede convertir una vaca en un minotauro. Solamente se pueden añadir uno o dos rasgos a una vaca típica.Sin embargo, es obvio que estas posibilidades se ampliarán. Dentro de algunas décadas se identificarán muchos más genes. Aquellos que afectan al comportamiento (¿perros guardianes o serpientes guardianas?), a la fertilidad (almacenes de reproducción) o a la longitud de los miembros (¿campeones de baloncesto?) pueden mezclarse...

Hay muchas cosas que la ingeniería genética todavía no puede realizar. No se pueden implantar más que unos pocos genes, y una vaca tiene decenas de miles, así que no se puede convertir una vaca en un minotauro. Solamente se pueden añadir uno o dos rasgos a una vaca típica.Sin embargo, es obvio que estas posibilidades se ampliarán. Dentro de algunas décadas se identificarán muchos más genes. Aquellos que afectan al comportamiento (¿perros guardianes o serpientes guardianas?), a la fertilidad (almacenes de reproducción) o a la longitud de los miembros (¿campeones de baloncesto?) pueden mezclarse como si se tratara de una receta de cocina. Quizá sea posible trasladar o quitar genes. Se podrán trasladar en bloque montones enteros de ellos. Los técnicos en ingeniería genética dicen que casi todos los países ya tienen en vigor leyes que les impedirán Jugar a ser Dios en modo no deseado, pero los escépticos temen varias clases de errores y perversiones.

En primer lugar temen que los científicos, tras experimentar en las fronteras del conocimiento con carne producida mediante ingeniería genética, puedan descubrir que han pasado accidentalmente algo muy desagradable a los comensales. Esto probablemente sea una falsa alarma.

Un motivo de escalofrío más sensible se refiere a la crueldad humana. El tercer temor es que los experimentos puedan provocar algo que perjudique al medio ambiente.

, 22 de agosto