Desórdenes y broncas

Albayda / Niño de la Capea, Joselito, CepedaLa corrida transcurrió ayer en Toledo entre desórdenes y broncas. Desorden en el ruedo por la mala lidia que los subalternos dieron a los seis marrajos que saltaron a la arena. En un momento determinado se juntaron 15 personas entre monosabios y toreros. Broncas las que lanzó Niño de la Capea a sus peones, que hicieron honor al apodo del diesttro.El salamantino lanzó asimisnio unos cuantos improperios al cuarto toro, más abanto y enterao que los demás, con el que no pudo lucirse. Pero al menos estuvo muy valiente, porfión y profesional....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Albayda / Niño de la Capea, Joselito, CepedaLa corrida transcurrió ayer en Toledo entre desórdenes y broncas. Desorden en el ruedo por la mala lidia que los subalternos dieron a los seis marrajos que saltaron a la arena. En un momento determinado se juntaron 15 personas entre monosabios y toreros. Broncas las que lanzó Niño de la Capea a sus peones, que hicieron honor al apodo del diesttro.El salamantino lanzó asimisnio unos cuantos improperios al cuarto toro, más abanto y enterao que los demás, con el que no pudo lucirse. Pero al menos estuvo muy valiente, porfión y profesional. Logró extraerle algunos pases y el público se lo agradeció con largueza. Con el que abrió plaza, tan descastado como todos, se peleó crispadamente y con arrebato. En éste, su subaltemo Majano provocó las befas del cotarro al intentar repetidamente, y no conseguir nunca, banderillear.

Cuatro toros del marqués de Albayola, y tercero y sexto, de Daniel Ruiz: bien presentados, sin fuerza, descastados y peligrosos

Niño de la Capea: ovación; oreja. Joselito: palmas; ovación. Fernando Cepeda: silencio; pitos. Plaza de Toledo, 16 de agosto. Segunda corrida de feria.

Bronca se ganó también Fernando Cepeda, tras montar uno de sus clásicos mítines a espadas en el último, con el que había abreviado. Al otro lo lidió con aplomo, suavidad y limpieza, obteniendo los únicos momentos artísticos de la tarde y... fracasando de nuevo con la tizona.

Joselito, enrabietado y con ganas, tuvo que limitarse a jugarse el tipo, aguantando gañafones que le rozaban los alamares en sus dos enemigos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En