"Estaban empapados en sangre" dice una testigo

Tras el atentado, los dos guardias civiles heridos permanecieron recostados en la hierba, conscientes pero con la mirada errática y sin articular palabra. "Estaban empapados en sangre y parecían aterrorizados", manifestó una joven de la Cruz Roja guipuzcoana que llegó circunstancialmente al lugar de la explosión instantes después de producirse."Me encontré con el atentado cuando venía en mi coche a Oñati, había una gran humareda, vi la furgoneta de la Guardia Civil y a algunos guardias que me, gritaran que me parara que había peligro de nuevas explosiones. Después cuando ya pareció que todo ha...

Tras el atentado, los dos guardias civiles heridos permanecieron recostados en la hierba, conscientes pero con la mirada errática y sin articular palabra. "Estaban empapados en sangre y parecían aterrorizados", manifestó una joven de la Cruz Roja guipuzcoana que llegó circunstancialmente al lugar de la explosión instantes después de producirse."Me encontré con el atentado cuando venía en mi coche a Oñati, había una gran humareda, vi la furgoneta de la Guardia Civil y a algunos guardias que me, gritaran que me parara que había peligro de nuevas explosiones. Después cuando ya pareció que todo había pasado me encontré con los heridos y enseguida nos pusimos a hacer las primeras curas. En el cuerpo y en la cabeza tenían los orificios típcos de la metralla, estaban conscientes pero no articulaban palabra. Les hicimos la cura de urgencia, limpiarles la sangre, que les cubría todo el cuerpo y frenar la hemorragia que era lo que podíamos hacer".

El parte médico facilitado por el hospital Santiago, de Vitoria, establece que el guardia Antonio Grande, natural de León, soltero, tiene choque traumático con conmoción politraumática y otorragia derecha. El otro herido, Andrés Castillejos, casado padre de un hijo, natural de Villanueva del Rey (Córdoba), padece igualmente choque traumático con fracturas costales, y choque cráneoencefálico.