Un corredor luchó con un toro que quería cogerle en el callejón

Un corredor luchó ayer contra un toro de Domecq que jugó con la vida del aficionado durante interminables segundos sin causarle ningún daño. Ocurrió ayer, en el mismo callejón de la plaza de toros, por uno de esos lances milagrosos que unos atribuyen al capotillo de San Fermín y que a otros no les entra en la cabeza que hubiera podido pasar.El corredor fue golpeado, volteado, empujado, y se defendió, golpeando a su vez en la testuz del toro, conservando la lucidez en medio del pánico, agarrándolo por las astas hasta conseguir alejarse. Un milagro sobrecogedor. El joven sólo sufrió una simple c...

Un corredor luchó ayer contra un toro de Domecq que jugó con la vida del aficionado durante interminables segundos sin causarle ningún daño. Ocurrió ayer, en el mismo callejón de la plaza de toros, por uno de esos lances milagrosos que unos atribuyen al capotillo de San Fermín y que a otros no les entra en la cabeza que hubiera podido pasar.El corredor fue golpeado, volteado, empujado, y se defendió, golpeando a su vez en la testuz del toro, conservando la lucidez en medio del pánico, agarrándolo por las astas hasta conseguir alejarse. Un milagro sobrecogedor. El joven sólo sufrió una simple cogida.

El nombre del protagonista, Víctor Manuel Galdú, joven castellonense de 22 años de edad, vecino de Castell Novo, al que el toro corneó en la región axilar izquierda, interesando tejidos celulares subcutáneos y músculo dorsal ancho, sin lesionar el paquete vasculonervioso, aunque la leve herida alcanzó los 10 centímetros de longitud.

Cuando ya sólo falta un encierro y una corrida de feria, la de hoy, con astados de Miura, la atención de los pamploneses se centra en el anuncio reflejado en las páginas de los periódicos locales de que 12 días después de que concluyan los sanfermines los vallados del encierro serán nuevamente instalados en las calles de la capital navarra para celebrar un encierro similar, para una película sobre la vida de Hemingway.

Está anunciada la presencia de seis toros de la ganadería sevillana del marqués de Ruchena, que se desencajonarán el día 24. El domingo 26 los toros correrán el encierrillo con normalidad, y al día siguiente está previsto que se celebre este singular encierro.

Hasta aquí todo es normal. Donde las dudas de los pamploneses se empiezan a forjar es en el anuncio de que los toros no llegarán a entrar en la plaza, sino que, según deseos de la productora, acabarán su carrera súbitamente al final de la Estafeta, siendo obligados a realizar una carrera en sentido inverso si las cámaras se vieran obligadas a repetir la filmación.