Se disuelve una compañía de teatro una hora antes del estreno de su primera obra

Lencería ideal espectáculo de la compañía El Cuarteto Feroz, que bajo la dirección de Santiago Paredes debía ser estrenada el pasado sábado, tras un retraso de 24 horas, fue suspendida de forma definitiva al disolverse la compañía una hora antes del estreno previsto. Su presentación, dentro de los Veranos de la Villa, del Ayuntamiento de Madrid, que no había entregado ningún dinero a la compañía, coincidía con la inauguración del Centro Cultural Galileo.

El montaje, una propuesta de nuevo cabaré madrileño, contaba con la colaboración de Carmen Santonja, Moncho Alpuente, Miguel Rellá...

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Lencería ideal espectáculo de la compañía El Cuarteto Feroz, que bajo la dirección de Santiago Paredes debía ser estrenada el pasado sábado, tras un retraso de 24 horas, fue suspendida de forma definitiva al disolverse la compañía una hora antes del estreno previsto. Su presentación, dentro de los Veranos de la Villa, del Ayuntamiento de Madrid, que no había entregado ningún dinero a la compañía, coincidía con la inauguración del Centro Cultural Galileo.

El montaje, una propuesta de nuevo cabaré madrileño, contaba con la colaboración de Carmen Santonja, Moncho Alpuente, Miguel Rellán y Alberto Miralles como autores; Caco Senante y Reverendo como músicos; Melki Makhandar como director musical y escenógrafo, y Pilar Barera, Puchi Lagarde, Natalia Millán y Paula Sebastián, en el reparto.Santiago Paredes, director, dramaturgo y promotor del espectáculo, justo en el momento que la obra tenía que comenzar, aducía tanto cuestiones profesionales como otras que se moverían en el terreno de lo personal: "La compañía se ha disuelto por incompatibilidad de caracteres y por criterios teatrales distintos, acumulados por tensiones existentes en las últimas semanas". Estas tensiones, según el propio Santiago Paredes, se produjeron con alguna actriz y el coreógrafo de la compañía, Melki Makhandar, prestigioso músico y coreógrafo canadiense. Consultado, Makhandar comenta que fue el primer sorprendido al enterarse de la suspensión del espectáculo al mismo tiempo que el público se disponía a entrar en la sala. Paredes añade con respecto a este conflicto: "Como productor y director estoy con el coreógrafo, un gran profesional con currículo extraordinario, que ha trabajado con artistas como Liza Minnelli. Me halagaba que colaborara en este espectáculo".

En principio, y dos horas antes del previsto estreno -que ya se postergó del viernes al sábado argumentando problemas técnicos-, se barajó la posibilidad de un nuevo retraso hasta hoy, lunes, pero era imposible ante la negativa a estrenar de dos de las actrices. El nombre de Natalia Millán, una de las cuatro integrantes de El Cuarteto Feroz, surgía en las conversaciones como un primer detonante del conflicto.

Sin embargo, tal y como declararon Pilar Barrera y Paula Sebastián, otras dos actrices del cuarteto, "el estreno era inviable", tanto el pasado sábado como hoy. En ningún momento asociaron el nombre de Makhandar al conflicto: "Estábamos en unas condiciones que no se podía estrenar. No se puede hacer un ensayo general el mismo día del estreno y una hora antes", añaden.

Este aspecto, según ellas fue comprendido por el propio Paredes, y se habló de retrasar de nuevo, pero las actrices no creían conveniente quedarse sin dormir. Retrasarlo más días suponía un gasto que Santiago Paredes afirmó no poder soportar. "Ante esta afirmación, varias actrices dijimos que su economía o nuestra salud", comentan Pilar Barrera y Paula Sebastián, a lo que añade esta última: "Hay que querer y amar esta profesión, y ello significa no engañar al público y menos a una misma, y el espectáculo hubiera sido bonito si hubiera estado presentable".

El periodista y escritor Moncho Alpuente, que intervenía en el montaje, declaró en la puerta del teatro: "Se improvisa mucho con el trabajo de la gente, no sólo con el mío".

Los Veranos de la Villa, que se celebran a lo largo de dos meses en Madrid, ofrecen en su programación numerosos estrenos. Éste suponía crear y apoyar un nuevo y moderno cabaré madrileño. Ignacio Cabal, responsable de la organización de los Veranos de la Villa, se enteró del conflicto una hora antes del estreno, y después de estudiar todas las posibilidades para evitar la suspensión declaró: "Problemas internos de la compañía han provocado su disolución".

El Ayuntamiento madrileño había acordado con Santiago Paredes, como representante de la compañía, entregarles la recaudación de la taquilla, una pequeña ayuda de infraestructura, y dos millones de pesetas como ayuda a la taquilla, que no podía ser muy alta debido al limitado aforo de la sala. "De todo este dinero", comenta Cabal, "no hemos entregado ni un duro, y pensamos que las pérdidas debe asumirlas Santiago Paredes, como empresa, ya que en ningún momento se ofreció una ayuda a la producción. También es cierto que no le vamos a pedir ninguna indemnización".

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